El escritor don Guillermo Bogarín sonríe satisfecho al pensar en el selecto grupo que ha logrado reunir: ha merecido la pena el trabajo dedicado durante meses a preparar ese tour por Europa. Apenas quedan dos días para el 25 de septiembre de ese año 1893 para que esos nueve viajeros partan de la estación de Lyon en París para recorrer, durante casi dos meses, parte de la Italia recién unificada, algunos territorios de Austria-Hungría y ciertos lugares de las nuevas fronteras del Imperio alemán. Son el arquitecto Jacobo Figueroa y su amigo, el ambicioso empresario Juan Álvarez-Caballero; el intransigente pintor impresionista Ferdinand Mercier, su buena amiga Jeanne Leroy, empresaria teatral de éxito tras la muerte de su marido, a quien acompaña su sobrino, el inconstante Henri Collet; la condesa rusa Karimova; la señora Dupont, propietaria junto a su marido de una editorial de música y promotora de jóvenes talentos de este arte, y Clara Balaguer, virtuosa violinista y una de sus representadas.
Desde lo irónico del título hasta el viraje hacia una estructura poética más narrativa que las colecciones anteriores, Colgado en la tournefortia es un libro atípico en el canon bukowskiano. Bukowski se aleja del contenido sexual y obsceno de los poemarios previos; las pinceladas líricas se desvanecen casi por completo y dan paso a unos versos más directos que nunca. Lo que se mantiene inmutable es un sentido del humor cáustico que a Bukowski le sirve para reírse de todo y de todos, en especial de sí mismo. En varios de los poemas, aparece como un bufón venido a menos atrapado en la tragicomedia de la vida. Colgado en la tournefortia fue el primer libro publicado fruto de la vida plácida de un Bukowski que estrenaba la década de los sesenta.
En un pueblo de una ciudad pequeña y provinciana como es la Mallorca de la década de 1960, dos mujeres completamente distintas buscan salida a una vida rutinaria en una España asfixiante que quiere ser moderna y cosmopolita pero que sigue atrapada en las miserias y contradicciones del franquismo. Por un lado, Sibila, exmodelo, busca en otros hombres el deseo que su marido le niega, martirizada por el recuerdo de una vida pasada en París que no volverá; y por otro lado, Asunción, una maestra de escuela que se enfrenta la pérdida de vocación profesional y a su condición de "solterona".
Ganadora del premio Planeta en 1964, Las hogueras es la mejor novela de Concha Alós y un libro que explora con valentía cuestiones como el deseo, la clase social, las relaciones de poder con los hombres o la frustración profesional de dos mujeres enfrentadas a los estereotipos de la época.