J. M. G. Le Clézio ha abierto su caja negra para revelarnos qué le impulsó a escribir. Primero, la imagen de los muros sobre el Mediterráneo que los alemanes levantaron en Niza para impedir a la población el acceso al mar y, después, la guerra, el hambre y las enfermedades propiciaron una singular sensibilidad para captar todo lo que ocurría. Entonces llegó su primera novela, escrita cuando tenía solo diez años: contaba la historia de un niño africano que dejaba Europa. Por entonces Le Clézio vivía en Nigeria, donde su familia se había reunido con el padre, al que él no conocía y que le ayudó a descubrir un nuevo continente, así como un nuevo destino.
Conviviendo con niños africanos, en una naturaleza diferente, rica y frágil, forjó su gusto por la libertad y comenzó a perfilar una particular relación con el mundo, una mirada dirigida a los desfavorecidos y un deseo de que la escritura se transforme en acción. Una «identidad nómada», en suma, sobre la que el Premio Nobel de Literatura se sincera en estas páginas de gran intensidad, íntimas y esenciales.
En 1532, Francisco Pizarro y sus hombres cruzan los Andes en busca de riquezas y de gloria. Ignoran lo que les espera, las hazañas que acometerán, pero sus actos van a provocar la caída del Imperio inca, un episodio inaugural de la conquista del mundo entero. Contar la historia es acompañar a estos mercenarios que buscaron fortuna y fama lejos de casa y se embarcaron en una aventura violenta y azarosa; pero también es escuchar el ruido que hace un mundo que se derrumba: el del Imperio inca, que contempla con asombro y terror a esos extranjeros. Con sorprendente fuerza, Éric Vuillard muestra cómo estos episodios épicos, extravagantes y brutales son el primer acto de una tragedia que es la nuestra, y en la que el oro, la religión, la cartografía y la pólvora serán los protagonistas.
Mario, un joven funcionario, es la personificación de la rutina. Frente a él, su esposa Blanca, culta y exquisita, encarna el lado brillante de la vida. Mario le roba horas al trabajo para estar con ella hasta convertirla en su obsesión y hacer de su vida un temor permanente a la pérdida, al abandono, a la rotura del hechizo que retiene junto a él a una mujer que no cree merecer. Cuando Blanca, buscando nuevos horizontes, se va de casa para regresar tiempo después, Mario no sabe hasta qué punto es la misma persona que cree conocer.
En ausencia de Blanca es una exploración lírica y conmovedora sobre el amor, la intimidad y la incomunicación en el seno de un matrimonio desigual, visto a través de los ojos de un hombre confundido. Una novela elegante y emotiva que plantea hasta qué punto nos enamoramos de una persona real o de la imagen que hemos inventado de ella.
Publicado originalmente como relato en 1996 y, posteriormente, como novela en 1999, en este libro Antonio Muñoz Molina muestra su maestría para ahondar en la psicología y en la intimidad de una pareja. «Un escritor necesario […]. Si no existiera, nuestro panorama intelectual sería mucho más pobre. Su lectura nunca es tiempo perdido», Santos Sanz Villanueva, El Mundo.