La periodista y divulgadora Natalia Monje elige para su primera novela una trama antropológica con toques de folk horror, sobre la construcción del enemigo y del miedo, y la manera en que eso se perpetúa en prácticas oscuras que, aunque parecen desaparecidas, pueden reactivarse con un pequeño cambio.
Su protagonista es una investigadora que se topa en una aldea de la Galicia rural con la terrible muerte de una mujer embarazada, aparentemente atacada por un buey semental. Lo que parece un accidente toma un sesgo más siniestro cuando resulta que el cadáver del feto no aparece por ninguna parte.
El siglo XX fue una época de florecimiento de escritores que sobrevivieron al terror de Estado y a las purgas, con todas las ambivalencias morales y políticas que ello conlleva. ¿Fueron tan fuertes como para no capitular ante el poder? ¿Sobrevivieron gracias a su clarividencia o inteligencia, o más bien a sus relaciones? ¿Escaparon de la prisión, del campo de concentración y de la muerte por una suerte rayana en el milagro o ello se debió a estrategias que fueron desde el congraciamiento hasta el mimetismo? De Gabriele D'Annunzio a Maksim Gorki, de Gertrude Stein a Fernando Pessoa, de Sartre a García Márquez…, Hans Magnus Enzensberger presenta una colección de «viñetas» breves, cáusticas y muy personales por las que desfilan más de sesenta autores y autoras que en su mayoría el intelectual alemán conoció personalmente y que sortearon, con mayor o menor suerte, los obstáculos de un siglo extraordinariamente complejo, algunos protegidos por su fama, otros recurriendo al arte del compromiso. En estos afilados retratos, Enzensberger destierra del Olimpo literario a muchos dioses de la pluma, y desvela sin miramientos facetas desconocidas de algunos de ellos, dejando en el aire una pregunta que el lector es llamado a contestar: ¿implica ser escritor un compromiso moral o un plus de coherencia intelectual? Parte de la respuesta se encuentra en estas páginas que conforman un original y entretenido compendio de historia de la literatura contemporánea.
La obra maestra de Margaret Laurence, la gran figura de la literatura canadiense junto con Alice Munro, Margaret Atwood y Robertson Davies.
A sus noventa años, Hagar Shipley, testaruda e inconformista, es todavía una mujer de armas tomar. Vive con su hijo y su nuera, quienes, cansados de cuidarla y a punto de jubilarse, están pensando en trasladarla a una residencia; ella en cambio cree que todavía no ha llegado el momento y mientras espera ese fatídico día, rememora su vida. Criada en un pueblo de las llanuras canadienses e infelizmente casada, Hagar tuvo que ganarse su independencia a pulso en un mundo dominado por las apariencias y las convenciones. Su dureza de carácter, fruto de las difíciles circunstancias que le tocó vivir y del orgullo y la austeridad que le inculcaron, ha condicionado su vida.
Harry Bosch, un detective retirado del Departamento de Policía de Los Ángeles, colabora con su hermanastro, el abogado defensor Mickey Haller, para resolver un crimen imposible. Como es costumbre, Haller ha asumido un caso de los más difíciles, en los que las posibilidades de ganar son de una entre un millón. Acepta representar a una mujer que está en prisión por matar a su marido, un agente del sheriff. A pesar de haber sido condenada cuatro años atrás, ella sigue manteniendo su inocencia. Es entonces cuando pide ayuda a Bosch, y el detective, al revisar el caso, descubre algo que no encaja y percibe el afán del departamento del sheriff por resolver cuanto antes el asesinato de uno de los suyos.
El camino hacia la justicia tanto para el abogado como para el investigador está plagado de peligros. Quienes no quieren que se reabra el caso no se detendrán ante nada para impedir que el excepcional equipo que forman Bosch y Haller descubra los verdaderos motivos del asesinato del agente del sheriff.
Jimena tiene treinta años y estudia en una escuela de cine. Allí conoce al narrador de esta novela. Empiezan a salir, comparten vino, viajes, conversaciones, películas malas de sobremesa y todo lo que leen y escriben.
Se van a vivir juntos, proyectan identidades, hablan del futuro. Pero el futuro llega y el fantasma de la decepción se manifiesta: ¿Es esta la persona con la que quiero compartir mi vida? ¿No existe nadie mejor ahí fuera? ¿Por qué asumimos que una relación fracasa si no dura para siempre?
Ciencia ficción es una historia de amor. En ella no hay futuros alternativos, naves espaciales o viajes en el tiempo. Mediante guiños a diversos géneros (comedia romántica, cine-ensayo, drama, fantasía y ciencia ficción), el narrador ejecuta una autopsia parecida a la que todos hemos practicado alguna vez después de una ruptura: una mezcla de memoria y mito, análisis y pura especulación.
A sus cincuenta y nueve años, Valdemar Roos está cansado de la vida: odia su trabajo, apenas se habla con su esposa, su hijo le ignora y no se lleva bien con sus dos hijastras. Pero un buen día, la suerte llama a su puerta: el número que juega cada semana a la lotería, el mismo que jugó su padre toda su vida, resulta el ganador, lo que le da la oportunidad de empezar de nuevo. Sin compartirlo con nadie, abandona su trabajo y se compra una pequeña cabaña en la remota campiña sueca. Todos los días viaja a su oasis particular y regresa cada noche a su ordenada y aburrida vida. Por primera vez en mucho tiempo, Valdemar es feliz. Sin embargo, la llegada de una misteriosa joven está a punto de cambiar sus días para siempre.
El inspector Gunnar Barbarotti ha sufrido un accidente doméstico y, en el hospital, una de las enfermeras le pide consejo ya que su marido, Valdemar Ross, ha desaparecido sin dejar rastro. Barbarotti no parece estar muy interesado en el tema, hasta que aparece un cadáver cerca de la cabaña del señor Ross, lo que le convierte automáticamente en el sospechoso principal de un asesinato.