5 de abril de 2019: la primavera despunta en Brooklyn y en el hogar de los Walker-Byrne la felicidad doméstica se resquebraja lentamente. Dan e Isabel han empezado a distanciarse, y el hecho de que Robbie, el encantador y frágil hermano de ella, al que todos adoran, deba abandonar la casa no es algo que ayude. Mientras este busca apartamento e intenta superar su último fracaso sentimental ocultándose tras un glamuroso avatar en las redes, Nathan, el hijo de diez años, da pasos inseguros hacia la adolescencia y su hermana Violet, de cinco, hace lo posible por aliviar el desencanto familiar.
Cuando Tate Collins conoce al piloto Miles Archer, no cree que sea amor a primera vista. Ni siquiera irían tan lejos como para considerarse amigos. Lo único que Tate y Miles tienen en común es una innegable atracción mutua. Una vez que sus deseos salen a la luz, se dan cuenta de que tienen el acuerdo perfecto. Él no quiere amor, ella no tiene tiempo para el amor. Su arreglo podría ser sorprendentemente perfecto, siempre que Tate pueda cumplir con las únicas dos reglas que Miles tiene para ella.
Nunca preguntes sobre el pasado.
No esperes un futuro.
Creen que pueden manejarlo, pero se dan cuenta casi de inmediato de que no pueden en absoluto.
Los corazones se ablandan.
Las promesas se rompen.
Las reglas se hacen añicos.