Junto con Esquilo y Sófocles, los otros dos grandes trágicos de la Grecia clásica, Eurípides (484-407 a.C.) contribuyó a elevar el género teatral hasta las más altas cimas de la perfección estética y a plantear los conflictos morales más permanentes y profundos de la condición humana. De las noventa y dos piezas atribuidas a su genio, sólo diecinueve han llegado hasta nosotros. Las tres tragedias agrupadas en este volumen -"Alcestis", "Medea", "Hipólito"- cuentan entre las más significativas y reputadas de su obra. Traducción e introducción Antonio Guzmán Guerra
Los Diarios (I -18-10-1939 a 31-07-1949- y II -12-08-1956 a 16-06-1958) de José Lezama Lima, junto a Cartas a Eloísa y otra correspondencia, constituyen los fragmentos más íntimos de su escritura. En ambos se aprecian las dos grandes pasiones del habanero universal: la amistad y el insaciable apetito por la cultura, no para acumular sino como apropiación estimulante para sus muchas y laberínticas ideaciones.
Nada le es ajeno: lo inmediato ni lo lejano. Transcurren por las páginas de los Diarios las anotaciones y relumbrones que, más tarde, se transfigurarían en la encarnadura de su obra poética, ensayística y narrativa. Alerta, Lezama anota el aguijón, la semilla, el mimbre que su mano transforma.
María Zambrano supo ver en Lezama la “Araña que rodea a la tierra y teje desde dentro la tela que contiene y envuelve el caos […] araña que extraía de su propia sustancia el hilo inasible, la intangible memoria que reproduce en los aires el laberinto que hace permisible habitar el lugar justo del guardián de los ínferos mirándolos sin desafío con la necesaria fijeza.”
Primera edición en España de la poesía del cubano J. M. Heredia (1803-1839). Al cumplirse los 200 años de su nacimiento se hacía imperiosa la necesidad de rescatar este valioso fondo. La poesía de Heredia es el máximo exponente del aliento inicial del romanticismo en Hispanoamérica.
Virtudes y crímenes son intercambiables entre sí y reversibles: la naturaleza desdoblada del pecado, sus varias caras de poliedro.
Como sacados de un cuadro de El Bosco, los protagonistas de este libro son Arcángel, el adolescente asesino; Luis B. Campocé, el ejecutivo adúltero; Emma, la descuartizadora; una pareja incestuosa; un verdugo apodado La Viuda; las Susanas, tres hermanas indiferentes o vanidosas, y el Siríaco, profeta soberbio.
La perturbadora y ambigua idea de pecado se encarna en todos ellos. El jardín de las delicias ha dejado de estar colgado en el museo y se muestra más real que nunca, vivido por estos personajes de carne y hueso que nos confiesan al oído su particular relación con el mal. ¿Hasta qué punto son culpables? Sobre el lector recaerá el reto moral de condenarlos o, tal vez, de indultarlos.
Con la fuerza y la sensibilidad que caracterizan su literatura, Laura Restrepo indaga en la complejidad ética de la transgresión a través de una narración inquietante, original, por momentos aterradora y al mismo tiempo dulcemente humana. Cada pecado trae consigo su correspondiente culpa, pero también su gota de alivio.
Los mejores libros jamás escritosA través de este clásico, Melville logra convertir la historia de la caza de un cachalote en toda una metáfora sobre la condición humana y sus conflictos. Moby Dick, la novela que William Faulkner hubiera querido escribir, va siempre acompañada del reconocimiento y el elogio que merece toda construcción narrativa impecable. La lucha del capitán Ahab, su terrible obsesión y la mítica persecución de la enorme ballena ha traspasado fronteras, consiguiendo así la indiscutible categoría de obra maestra de la literatura universal. Esta edición cuenta con la introducción del especialista y director del Departamento de Estudios Americanos, Andrew Delbanco, autor de Melville (2005), la biografía de referencia del autor de Moby Dick. Asimismo, incorpora una serie de ilustraciones tales como el mapa de la travesía, un plano del ballenero Pequod y otras curiosidades que enriquecen la experiencia de la lectura y proyectan la imaginación del lector. «Pero tú, oh ballena, nadas con esa calma hechicera ante quien te ve por primera vez, después de haber engañado y destruido a tantos hombres...»
Emily Dickinson fue una mujer inteligente, rebelde y culta que, en su encierro voluntario en la habitación de su casa en Amherst, construyó una de las obras más sólidas de la literatura universal. Como señala Juan Marqués en la presentación, sus poemas «además de ser escritos, en principio, exclusivamente para la inmensa minoría de sí misma, fueron, a un tiempo, complicadísimos y simples, alegres y tristes, transparentes y enigmáticos. Son poemas que acompañan y ayudan a vivir a quien los lee, que enseñan a observar mejor, que obligan a ser más compasivo». Aunque su obra es muy extensa, hemos preferido editar un libro pequeño, íntimo, dickinsoniano, para lo que ha sido fundamental la visión poética de las ilustraciones de Kike de la Rubia.