Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una «ceguera blanca» que luego se propaga de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse a lo más primitivo de la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a toda costa.
Con esas premisas, José Saramago traza una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos de crisis. También, en el cruce de la literatura y la sabiduría, nos exhorta a los lectores a cerrar los ojos y ver más allá de las evidencias. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, además, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.
La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los peores vaticinios del capitalismo: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se divide en diez zonas en apariencia seguras y estables. Sin embargo, se han sacrificado valores humanos esenciales, y los habitantes se crean in vitro con una tecnica concebida a imagen y semejanza de una cadena de montaje.
A finales del siglo XIX, en las tierras paupérrimas del noreste del Brasil, el chispazo de las arengas del Consejero, personaje mesiánico y enigmático, prenderá la insurrección de los desheredados. En circunstancias extremas como aquellas, la consecución de la dignidad vital solo podrá venir de la exaltación religiosa -el convencimiento fanático de la elección divina de los marginados del mundo- y del quebranto radical de las reglas que rigen el mundo de los poderosos.
Así, grupos de miserables acudirán a la llamada de la revolución de Canudos, la ciudad donde se asentará esta comunidad de personajes que difícilmente desaparecerán de la imaginación del lector: el Beatito, el León de Natuba, María Quadrado... Frente a todos ellos, una trama político-militar se articula para detener con toda su fuerza el movimiento que amenaza con expandirse.
La Guerra del fin del mundo, primera novela que Mario Vargas Llosa situó fuera del Perú, es un relato exhaustivamente documentado, tanto a través de lecturas como de viajes sobre el terreno en el que tuvo lugar este acontecimiento histórico. Un libro fundamental en la historia literaria del siglo XX.
Con una admirable precisión y una singular fuerza evocativa, Gary Jennings ha reconstruido el mundo de los aztecas en los años en que, ante el embate de los conquistadores españoles, sufre una sacudida de la que ya no podrá recuperarse.
A lo largo de una trama que discurre con la precisión de un mecanismo de relojería, Jane Austen perfila una galería de personajes que conforman un perfecto y sutil retrato de la época: las peripecias de una dama empeñada en casar a sus hijas con el mejor partido de la región, los vaivenes sentimentales de éstas, el oportunismo de un clérigo adulador... El trazado de los caracteres y el análisis de las relaciones humanas sometidas a un rígido código de costumbres, elementos esenciales de la narrativa de la autora, alcanzan en Orgullo y prejuicio cotas de maestría insuperable.
La ciudad y los perros no es sólo un ataque contra la crueldad ejercida a un grupo de jóvenes alumnos del Colegio Militar Leoncio Prado, sino también una crítica frontal al concepto erróneo de la virilidad, de sus funciones y de las consecuencias de una educación castrense malentendida. Aunada a la brutalidad propia de la vida militar, a lo largo de las páginas de esta extraordinaria novela, la vehemencia y la pasión de la juventud se desbocan hasta llegar a una furia, una rabia y un fanatismo que anulan toda sensibilidad.