La protagonista de Mamut es una chica arcaica atrapada en la vida moderna. Su hábitat es la ciudad, donde trabaja para vivir. Quiere ser madre, y esto la obliga a acercarse a los hombres ¿Cómo resistir el hormiguero humano si tienes instinto de cazador solitario?
Un día abandona la ciudad, cambia de entorno y se convierte en la dueña de una casa completamente aislada. Allí solo están el pastor, la soledad y bestias que te alimentan o te amenazan. El instinto trabaja, la conciencia se altera y se gesta una transformación.
Esta no es una novela más sobre la huida al campo, esto es una bomba de relojería sobre las llagas de la sociedad contemporánea, una narración in crescendo que aúlla a merced de esta novelista salvaje que es Eva Baltasar.
Una historia universal sobre el sentido de la vida.
Nos recordarán ficciona el tiempo que pasaron juntos Goethe y Schiller en el verano de 1794.
La novela explora los conflictos del autor, sus debilidades, sombras y grandezas, así como las mujeres que los hicieron florecer.
Nos recordarán es un juego de espejos entre hombres y mujeres, un proceso constante de descubrimiento de las diferentes facetas de los personajes y sus vidas. La novela despierta en el lector la emoción de estar ahí, viviendo esos mismos momentos, explorando los conflictos de sus ideas y el exigente proceso artístico.
Sos escritora. Contale al jurado un cuento entretenido con un principio y un final, con lenguaje claro, que se entienda, para que ellos no se aburran.
Después de un año sin noticias, una llamada de la Fiscalía anuncia a la narradora que, finalmente, su denuncia por abuso sexual ha sido elevada a juicio. Esa mañana invernal comienza para ella otro duro proceso: encontrar representación legal, entender las
lógicas burocráticas de la justicia, tejer redes de apoyo para afrontar la causa contra su tío, un comisario poderoso, y reunir coraje para reabrir un expediente que conduce al pasado familiar.
Belén López Peiró revisa los recuerdos, ensaya respuestas al agobio de audiencias humillantes e indaga en los laberintos judiciales. Tras el impacto de Por qué volvías cada verano, fenómeno literario que traspasó las fronteras argentinas y fue un antecedente clave para miles de denuncias anónimas y otras de enorme repercusión mediática, esta nueva novela-crónica confirma el talento de una autora que deslumbró a la crítica y a escritoras como Brigitte Vasallo, Nuria Labari o Gabriela Wiener.
Tikú, el hijo del caporal de la plantación cafetera La Portuguesa, siente desde niño en su interior una fuerza desconocida y brutal que marca toda su vida. Es la voz de adentro, que a ratos asume como propia y cuyos mandatos de muerte y destrucción resultan imposibles de ignorar.
La selva, que parece querer engullir todo lo que la rodea, marca un destino descivilizador para Tikú: tras abandonar primero La Portuguesa y luego su trabajo como maestro, lejos de los suyos y solo acompañado por un coyote y por los santos que protegen los cuatro rumbos de la montaña, se acerca cada vez más a la tribu ancestral y misteriosa que puebla las zonas más secretas de ese territorio agreste y hostil: los hijos del volcán.
Con una prosa precisa, deslumbrante y sensorial, Jordi Soler vuelve en esta novela a ese espacio tan personal de la selva veracruzana, y relata un mundo de aliento mítico, violento y lleno de supersticiones en el que no parecen regir otras normas que las que impone la naturaleza.
Víctor Dilan es un escritor de éxito que campa a sus anchas por una España prosaica y vulgar. Devoto del sexo y poseedor de un don maligno, un luminoso regalo, un irresistible magnetismo que atrae irremediablemente a las mujeres hasta su cama, su vida da un giro tras su encuentro con Ester, la Bruja,«una incandescencia carnívora que vuelve locos a los hombres». Esta milagrosa aparición lo pone frente a un reflejo de sí mismo, más duro y más perverso, y es el inicio de una relación apocalíptica que lo conducirá a una ansiada y profética destrucción.
El lector, convertido en voyeur, descubre los recovecos más oscuros e íntimos de un puñado de personajes desbocados, procaces y entregados al sexo. Entrelazando diversos niveles de ficción, Manuel Vilas revisa de forma paródica la naturaleza del amor y el erotismo, que cobran una dimensión mística. Con banda sonora de Dylan (quien inspira el nombre artístico del protagonista) y una lúcida invocación de grandes obras como 2001.Una odisea del espacio oCumbres borrascosas, la historia de la locura de Víctor Dilan parece la más sincera y desgarrada de las confesiones.
Premio Biblioteca Breve 2022. Una novela que atrapa e incomoda y que refleja desde la ironía y la controversia el momento de incertidumbre de la sociedad actual.
Segismundo García es un comercial venido a menos que cree haber encontrado el negocio de su vida: la venta de búnkeres low-cost para las clases más humildes, una promesa de salvación para todos los bolsillos ante el temido colapso global. Pero Segismundo no está en su mejor momento personal ni económico y mantiene una relación problemática con su hijo y con su padre. Son tres generaciones de granujas obsesionados con el ascenso social, destinados a estrellarse una y otra vez.
Lugar seguro se desarrolla durante veinticuatro horas en las que acompañamos a Segismundo en sus visitas comerciales y en su particular búsqueda de un tesoro que podría resolver los problemas familiares. En su recorrido, confronta su visión pesimista y sarcástica con la de algunos colectivos que con sus acciones defienden que un mundo mejor es posible.
La ciudad de Resistencia, en el Chaco argentino, es una ciudad tranquila, burguesa, aletargada en el calor asfixiante de la región, en la que crímenes, pecados y faltas hallan acomodo más o menos impune siempre y cuando se guarden las apariencias. Hasta que un día, súbitamente, entre una cómoda pareja de amantes salta como una inspiración diabólica la pregunta que los asoma al abismo y los arrastra a un particular infierno, pues toda transgresión puede admitirse menos aquella que es inocultable: el asesinato. Una vez traspasado el último límite y probado el sabor de la libertad lejos de toda convención social, no cabe más que dejarse arrastrar por la vorágine de la llamada elemental de la supervivencia en una huida violenta y salvaje que desemboca en un insospechado final.
Álvaro ha cumplido ya los treinta cuando un revés laboral lo devuelve a la casa familiar: allí sigue viviendo su madre y permanecen también, a modo de fantasmas, las promesas de prosperidad de su adolescencia. Sin mucho más que hacer, se propone desentrañar un viejo misterio que empezó cuando él tenía catorce años: la desaparición de una cinta de vídeo sobre educación sexual que les pusieron en clase y que dio pie a otros acontecimientos igualmente inexplicables.
Entre recuerdos dudosos, volvemos con Álvaro al año 1991, a un colegio masculino y concertado en el que se habla de la España del futuro, donde las chicas están a años luz de distancia, los padres y los hijos son incapaces de comunicarse, y madurar significa dejar de hacer preguntas.
La Edad de Tiza es una gran novela de crecimiento disfrazada de novela de intriga: el relato de «la generación más preparada de la historia», de las expectativas y las promesas que vivieron a fondo losboomers y se desvanecieron para los millenials .
Mercedes Cebrián decide aprender a tocar el violonchelo a una edad a la que, al parecer, ya es tarde para ser principiante. Emprende así una curiosa aventura acarreando en la espalda un instrumento poco popular en España que la lleva desde academias de música y orquestas de aficionados hasta talleres de luthiers que huelen a cocido recién hecho. La autora indaga en la naturaleza de la música, a la par que observa con lupa y cáustico sentido del humor un pequeño mundo donde desfilan talentos en ciernes o aficionados que luchan para sacarle buen sonido a sus instrumentos. Y por el camino nos invita a pasear por una Rusia mental idealizada, con sus instrumentistas y gimnastas virtuosas, por el extraño submundo de los niños prodigio expuestos en las redes por sus madres, o por mesones castizos que sirven platos de toda la vida; desde la España postfranquista hasta la pandémica, en la que, para muchos, dedicar horas a desempolvar una vieja afición ha sido vital para mantener la cordura.
Cocido y violonchelo es ese recinto amplio y cómodo donde la desmesura y la obsesión por las actividades que nos proporcionan placer son atributos de los que enorgullecerse. Este es, en definitiva, un testimonio perspicaz, erudito y ameno de las ganas irrefrenables de sacarle el jugo a la vida.