Una poesía de subrayada modernidad que se reencuentra con sus fuentes, una escritura casi abstracta que se vuelve materia pura en nuestras manos, ante nuestros ojos.
De noche, sobre los posos del café llora, con la mirada hacia Oriente. La boca inocente y flácida, como una flor monstruosa. En breve la luna joven y sutil sustituirá al alba resplandeciente. ¡Cuántas peinetas y anillos te regalaré! La joven luna entre las ramas no protegerá a nadie. ¡Cuántos brazaletes, cadenas y pendientes te regalaré! ¡Como bajo una pesada crin las brillantes pupilas relucen! ¿Tus acompañantes están celosos? ¡Los caballos purasangre son veloces! a amiga reúne las poesías que Marina Tsvietáieva dedicó a la escritora y crítica de arte Sofía Parnok: un grito embriagado de pasión, lamento y desdén.
Hace años, el monarca de Idris firmó un tratado con el reino de Hallandren según el cual el rey Dedelin enviaría a su hija mayor, Vivenna, para casarse con Susebron, el rey-dios de Hallabdren. Vivenna ha sido adiestrada durante toda su vida para ser una novia adecuada para Susebron y así cumplir con su deber y ayudar a forjar una paz estable entre los dos reinos. Ese era el plan, pero el monarca de Idris envía a su hija Siri, desobediente e independiente, en lugar de Vivenna.
Mientras intenta encontrar su lugar en la corte de Susebron, Siri descubre la verdad oculta sobre el rey-dios. En Idris, Vivenna se siente intranquila y teme que su hermana no esté preparada para esa nueva vida, por lo que decide viajar a Hallandren. Allí se reúne con la gente de Idris que trabaja en la capital, Telir, y comienza una nueva vida de espionaje y sabotaje.