Nuestras vidas digitales e hiperconectadas tienen al alcance milenios de conocimiento, pero ¿qué sabemos del mundo de los fantasmas? Nosotros hemos cambiado, pero ellos no: simplemente se han adaptado y han encontrado innovadores caminos para abordarnos. Habitan en nuestras aplicaciones informáticas y deambulan por el metaverso del mismo modo que antes se escondían en casas tenebrosas, empeñados en difuminar los límites entre la vida y la muerte y siempre a la caza de nuevas formas de comunicarse, de rondar nuestros recuerdos, de vengarse o de asumir el control de nuestra vida.
Con un inigualable manejo de los códigos de la narrativa gótica y acompañadas de sus lúcidas reflexiones, Jeanette Winterson nos brinda trece modernas historias de fantasmas. Algunas son ficción, y otras pueden no serlo.
Cinco novelas para adentrarse en los territorios singularísimos, cómicos e inquietantes de Javier Tomeo.
Inimitable Tomeo. Imprescindible Tomeo. Maestro de la novela corta, de la frase afilada. Creador de parábolas lacerantes, escenarios extraños y personajes estrambóticos. Manipulador del absurdo, siempre a medio camino entre lo cómico y lo inquietante, hasta llegar a lo espeluznante en ocasiones.
Este volumen reúne cinco magnéticas novelas. En ellas un marqués escribe cartas con la intención de que no sean entendidas; una entrevista de trabajo acaba desvelando oscuros secretos del entrevistado y del entrevistador; un cazador de leones que se ha equivocado de teléfono empieza una perorata irrefrenable; un hombre se convierte en el único habitante de una ciudad poblada solo por palomas; otro hombre, este con un confuso historial psiquiátrico, se instala en una aldea lejana para dialogar con los animales...
Un imaginario literario que discurre entre Kafka y Buñuel, y atrapa al lector en sus redes construyendo un mundo particularísimo. Destinado a ser un excéntrico, un raro, Javier Tomeo ha acabado siendo un autor imprescindible de la literatura española contemporánea, muy admirado también en el extranjero.
Un beso no es solo un beso.
Un beso puede ser accidentado, oler a tierra mojada
y acabar uniendo a dos polos opuestos.
El compromiso más fiel y duradero que tiene Buffy es con sus amigas y con el hotel familiar que regenta junto con su madre. Eso de relacionarse y comprometerse con un chico le da dolor de cabeza, además de mucha pereza. Aunque todo puede cambiar después de que un distante y atractivo ruso irrumpa en su hotel como un huracán.
Nikolay llega a Variety Lake, un pueblo del que jamás había oído hablar, dispuesto a encontrar todas las respuestas que está buscando aunque no esté preparado para escucharlas. Como tampoco lo está para que esa chica del pelo rosa lo rete con la mirada cada vez que se encuentran, lo lleve al límite con esa lengua tan afilada que tiene y lo ponga nervioso de mil maneras diferentes. Y no todas son malas.
Y es que Buffy y Nikolay creían tener la vida controlada hasta que sus caminos se cruzan una noche de lluvia de la forma más surrealista posible.