Gavir tiene un don: puede «recordar» el futuro, pero es incapaz de controlar su inexplicable habilidad. Aconsejado por su hermana mayor, Gavir mantiene su poder en secreto. Los dos hermanos son esclavos de la familia Arca y, a pesar de la esclavitud, sus vidas transcurren sin sobresaltos. Hasta que la tragedia se cierne sobre ellos y Gavir debe huir del único hogar que ha conocido.
Así se ve inmerso en un peligroso viaje que lo lleva hasta Los Pantanos, el lugar donde lo secuestraron cuando era un niño. Allí conocerá sus orígenes y encontrará una explicación para sus extraños poderes. Poderes, el tercer volumen de los Anales de la Costa Occidental, es una historia épica acerca de la lucha por la libertad y la búsqueda del propio destino.
Tercera entrega del padre del Ciberpunk.
El fantasma fue el regalo de despedida de su padre. Se lo entregó un secretario vestido de negro en la zona de embarque del aeropuerto de Narita.
Mona es una joven con un pasado turbio y un futuro incierto cuya vida da un vuelco cuando su proxeneta la vende a un cirujano plástico de Nueva York y, de la noche a la mañana, se convierte en otra persona. Angie Mitchell es una estrella famosa de Senso/Red de Hollywood con un talento muy particular, y ha empezado a recordar cosas a pesar de que los jefes de su estudio se esfuerzan para que no se dé cuenta.
No tardará en descubrir quién es en realidad… y por qué no necesita una consola para enchufarse en el ciberespacio. Todo se pone en marcha en el interior de la matriz, y los seres humanos empiezan a usarse como piezas en un tablero. Y detrás de todas las intrigas se encuentra la sombría Yakuza, la poderosa mafia japonesa cuyos líderes manipulan implacablemente a las personas y los acontecimientos para conseguir sus objetivos.
O eso es lo que creen…
El tercer volumen de la Trilogía de Sprawl, la serie más emblemática de William Gibson, todo un clásico de la ciencia ficción.
«En ese sofá quedó tendido, desconcertado y exánime uno de los hombres que no fui».
Un remate de antigüedades en una vivienda donde el narrador residió hace veinte años le da pie a encontrarse de nuevo con las personas cruciales de su vida. A través de lo que pasó y lo que pudo pasar, el narrador de Los hombres que no fui se enfrenta a su memoria, a sus decisiones y a las derivas que ha ido tomando su vida, dando paso al retrato de «un mundo de formas bellas, tiránicas e infructuosas, de reglas inculcadas que podían llegar a ser mortales». Con una mirada esclarecedora, conjugando melancolía y liberación, Pablo Simonetti escribe sobre las vidas posibles que vamos abandonando con cada una de nuestras decisiones, sobre la pertenencia y la exclusión, con el trasfondo de un Santiago de Chile en llamas que le permitirá al protagonista dejar el pasado definitivamente atrás.