Recibida con elogios entusiastas por la crítica del Reino Unido y Estados Unidos, que la ha considerado de forma unánime uno de los mejores libros del años, La impostura supone el regreso a la novela de Zadie Smith, siete años después de Tiempos de swing y un cuarto de siglo después de su irrupción en el panorama literario con Dientes blancos. Llena de vida, ideas, humor, sentimientos y algo semejante a una verdad moral, La impostura narra con extraordinaria habilidad las controversias sociales del Londres victoriano a través de un puñado de personajes memorables.
Las huellas es una tetralogía compuesta por las novelas Los muertos, Los huérfanos, Los turistas y Los difuntos, que hasta ahora se habían leído por separado. La publicación en un solo volumen de las cuatro ficciones revela que se trata de un único proyecto literario de alto nivel conceptual y estético. Una novela en cuatro partes que se plantea preguntas importantes: ¿Cuál es nuestra relación, intelectual y emocional, con los no humanos? ¿Y con las pantallas que nos envuelven? ¿Cuáles son los mecanismos de la amistad, el deseo y el duelo? ¿Las políticas de la memoria llevan a la ultraderecha cuando eclipsan las narrativas de futuro? ¿Cómo se relacionan la utopía con la distopía? ¿Por qué el turismo de masas se ha convertido en la energía que mueve el mundo? ¿Cómo pueden la literatura y el arte más ambiciosos representar las contradicciones de nuestra época? Jorge Carrión ensaya algunas respuestas a esas cuestiones y, sobre todo, insinúa muchas otras preguntas en 700 páginas desafiantes, de una rabiosa originalidad.
Una amenaza sobrevuela París. Una figura sombría, espectral, capaz de cometer las peores villanías que se puedan imaginar. Un hombre sin identidad, con la pericia de convertirse en cualquiera; un maestro del disfraz, del robo, del secuestro, del chantaje, de la suplantación de identidades y del asesinato. Fantomas es, probablemente, el primer «supervillano» de la historia tal y como conocemos actualmente la denominación, el que siguió la estela de Arséne Lupin (creado por Maurice Leblanc seis años antes) pero llevándolo más lejos. Porque, aun siguiendo la estela de Arséne Lupin, desde el momento de su publicación, en febrero de 1911, Fantomas (y las treinta y una novelas en torno al personaje que rápidamente aparecieron) se convirtió en un fenómeno de masas, cuya popularidad trascendió todos los estratos sociales y culturales.
Icons of history—from Epictetus and Demosthenes to Amelia Earhart and Richard Wright—followed a simple formula to achieve greatness. They were not exceptionally brilliant, lucky, or gifted. Their success in overcoming extreme obstacles was the result of a timeless set of philosophical principles that the greatest men and women have always pursued.
Hace años que Elisa está apagada. Tras una terrible pérdida que la llevó a separarse de Mario, a quien consideraba el amor de su vida, se ha hundido en la inercia de la rutina y ya no se reconoce a sí misma.
Cuando le ofrecen el trabajo de sus sueños en un pueblecito de Finlandia, la chispa vuelve a prender en su interior y no duda en abandonar Tenerife para lanzarse a la aventura.
Sin embargo, antes tendrá que sobrevivir a la boda de su mejor amigo en un idílico rincón de las islas donde todo parece posible, incluso que los rescoldos de su antigua relación se aviven una vez más. Elisa y Mario se reencuentran con estrépito al tiempo que el destino se frota las manos para desbaratar de nuevo sus planes.
La diferencia entre las incisiones antiguas y las nuevas se borrará con el tiempo y sólo quedará, sobre la corteza, una única inscripción, un libro con un mensaje principal: Aquí estuvieron dos amigos, dos hermanos.»
El hijo del acordeonista recorre, como si se tratara de un mosaico hecho con distintos tiempos, lugares y estilos, la historia de dos amigos: Joseba y David. Desde los años treinta hasta finales del siglo XX, desde Obaba hasta California, de la infancia en la escuela a los infiernos de la guerra y de la violencia, el autor aborda de forma valiente el tema de la memoria, la nostalgia, la amistad y también de la tristeza del que deja su tierra sabiendo que no volverá. Y en el centro de las múltiples ramificaciones de este relato, la única posibilidad de salvación frente a las circunstancias más dramáticas: el amor.
Querido Santa:
Todo lo que quería esta Navidad era estar en Nueva York y besar a un tío bueno en Nochevieja o, al menos, terminar la novela romántica que estoy escribiendo. Lo que no estaba en mi lista de deseos era heredar el Polaris, el bed and breakfast de mi familia, después de que lo destruyera un incendio. Y menos aún compartirlo con Jack Halliday, mi exnovio, ahora bombero y manitas oficial de Sunnyside, el encantador pueblecito de California al que juré no regresar.
Jack está empeñado en completar la reforma del Polaris, reabrirlo antes de Nochebuena y convertirse en el salvador del espíritu navideño. Y yo, querido Santa, lo único que quiero es venderlo, deshacerme de los recuerdos y perder de vista al hombre que me rompió el corazón.
Greta, marcada por la desaparición de Julieta, su hermana pequeña, vuelve a Formentera para cuidar a su querida abuela Matilde, el pilar de la familia, que mantiene viva la llama de la infancia a través de las leyendas mágicas de la isla, las historias y su sabiduría. El regreso obligará a Greta a enfrentarse a los fantasmas del pasado y a su madre, Helena, con quien tiene una relación distante y conflictiva.
Todos aquellos mares es un relato de redención lleno de luz, íntimo y emotivo, sobre la profundidad de las relaciones humanas y la complejidad de los vínculos familiares.
Los espectadores que en 1983 fueron a ver El sur, el clásico de Víctor Erice, se enfrentaron a dos enigmas sobre el origen. El primero, el del pasado del padre de la narradora, quedó irresuelto cuando el productor cortó el rodaje antes de viajar al sur en busca de respuestas. El segundo alude al origen de la propia película, que parte de un «guión de Víctor Erice basado en un relato de Adelaida García Morales»: un relato escrito en 1981 que por entonces aún permanecía inédito. Su publicación en 1985, acompañado por Bene, supuso un descubrimiento doble: no solo revelaba al fin los misterios del sur (o una de sus versiones posibles), sino también a una escritora magnética, personalísima, que transmutaba sus recuerdos de infancia (he ahí otro enigma sobre el origen) con una alquimia embrujada de secretos y silencios; la relación entre padre e hija de su relato, más convulsa y equívoca que la de la versión truncada de la película que llegó a estrenarse, se funda en una suerte de condena compartida, y se recorta sobre un escenario fantasmagórico, casi gótico.