Inmaculada Pelegrín López (1969, Lorca, Murcia). Pasa varias horas al día mirando a través de un microscopio, tal vez por esto sus versos estén llenos de cosas mínimas. Todas las mañanas se sorprende cuando, al salir de casa, alguno de los perros que viven allí, se le acerca moviendo la cola, quizás sea el motivo por el que sus palabras se refieran al asombro de lo cotidiano. Le gusta contemplar el cielo y hacerse preguntas. El cielo nunca se repite, las preguntas tampoco. Se podría pensar que a través de la poesía busque permanecer alerta ante el milagro, porque si pasase desapercibido sería como si no hubiese existido. En su vida hace muchos números, seguramente habrá llegado a la conclusión de que somos estadísticamente imposibles y sin embargo somos. Es probable que escriba para advertirnos de tal contingencia.
Una poderosa historia de valentía, ambición y amor, que nos transporta de la difícil época de la Segunda Guerra Mundial al lujo del Upper East Side de Manhattan en los años posteriores.
Abril de 1945. Tras la liberación del campo de concentración de Buchenwald, entre los supervivientes están Jakob y Emmanuelle, una pareja de jóvenes. Lo han perdido todo en los horrores de la guerra, pero cuando se conocen encuentran la esperanza y el consuelo mutuos que necesitaban. Deciden casarse y empezar una vida nueva en Nueva York, donde construyen una vida próspera y una familia feliz. Sin embargo, el pasado siempre proyecta su sombra en el presente.
Años más tarde, en pleno auge de los sesenta, su hijo Max, un ambicioso y espabilado hombre de negocios, está decidido a librarse de la tristeza que siempre ha pesado en su familia. Pero a medida que Max vaya madurando, aprenderá que las penurias que marcaron el pasado familiar son las que le ayudarán a forjar su futuro.
Tres hermanos judíos y una visita a Auschwitz. Yasmina Reza disecciona la familia con humor negro y logra conmovernos.
Tres hermanos judíos y una visita a Auschwitz. Yasmina Reza disecciona la familia con humor negro y logra conmovernos.
Tolstói dejó escrito en el célebre arranque deAnna Karénina aquello de que «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera». La familia de esta novela–los Popper, judíos franceses no practicantes de origen húngaro–es bastante disfuncional, como tantas otras.
Los tres vástagos–Serge, Nana y Jean, que es el narrador de la historia–permanecen unidos por los lazos familiares pese a sus diferencias y tensiones. La vida los ha tratado regular, y mientras que Nana mantiene una sólida relación de pareja, los otros dos tienen una vida sentimental cuando menos mejorable.