La vida no es fácil en un college de Nueva Inglaterra si eres un chico modesto y falto de afecto que llega de California, y Richard Papen lo sabe; por eso agradece que lo admitan en un pequeño grupo de cinco estudiantes capitaneados por un profesor de literatura clásica con mucho carisma y pocos escrúpulos.
Los chicos sueltan comentarios en griego y se ríen de la ingenuidad y la torpeza de los demás, pero bien mirado se pasan el día bebiendo y engullendo pastillas. Hasta que un mal día lo que parecían chiquilladas adquieren una gravedad inesperada. Es entonces cuando Richard y su pandilla descubren qué difícil es vivir sin máscaras y qué fácil es matar sin remordimientos.
Un comandante lucha por mantener a raya a sus hombres en la frontera de un paso de montaña, hasta que una bella capitán se hace cargo del puesto enemigo.
En un desértico altiplano a más de cinco mil metros de altitud, se asienta un paso de frontera entre dos países. Una tenue línea de piedras pintada de cal separa los márgenes. De un lado está Guardia de Frontera, un puesto al mando del teniente Costa, y del otro Ronda de Confines, con el teniente Gaitán como jefe. La soledad devora a Costa, muy celoso de su misión, pero irremediablemente aislado de sus hombres, y que tiene a Gaitán como íntimo enemigo. En apariencia, son dos soldados sirviendo cada uno a su país, pero en realidad están abandonados a ambos lados de la frontera, en un lugar gobernado por fuerzas muy distintas de las que pretenden dominar. Las tropas comercian entre sí, traficando con lo poco que poseen. Cuando se marche Gaitán, deseoso de dejar el altiplano, le sustituirá la capitán Vera Brower, una mujer atractiva cuya melena roja pondrá patas arriba la rutina del paso.
Han pasado varios años desde que los Hernández, detectives en el barrio de Sant Andreu, tuvieron que cerrar su agencia. El mundo ha cambiado y la familia se ha disgregado: Mateo, el padre, trabaja en unas oficinas en la parte alta de Barcelona; Amalia, en una empresa especializada en seguridad, y Nora, que siempre quiso llevar una vida tranquila, da clases en una academia nocturna. Aunque no lo reconozcan, han compartido muchos casos en el pasado, algunos muertos y, por más que quieran evitarla, alguna cuenta pendiente, que Lola, la matriarca, les recuerda. También para que irremediablemente vuelvan a reunirse, y actúen juntos. ¿Abrirán de nuevo la agencia? Nuestros muertos es la esperada y brillantísima continuación de Un asunto demasiado familiar y Los buenos hijos, una serie policiaca que cuenta además la historia de una familia disfuncional. Secretos que se callan, la convivencia con algunas enfermedades mentales, y sobre todo la inteligencia para resolver asuntos muy actuales, se entremezclan en una parte muy reconocible de la Barcelona de nuestros días.