Monta Clare, Misuri, 1975. Mientras la guerra de Vietnam llega a su fin y Muhammad Ali se enfrenta a Joe Frazier, la desaparición de varias niñas quiebra la sensación de seguridad característica de esa pequeña comunidad, que se agrava cuando Joseph Patch Macauley es secuestrado. Su mejor amiga, Saint Brown, se propondrá encontrarlo a toda costa, pero, pese a sus esfuerzos, Patch permanecerá casi un año en total oscuridad en un sótano con la única compañía de una niña llamada Grace, a quien escucha, pero nunca ve, y que lo visita en secreto. Tras ser liberado, la búsqueda de Grace se convertirá en el hilo conductor de la vida de Patch, que tomará giros insospechados a lo largo de dos décadas, mientras Saint luchará por hallar la verdad y recuperar a su amigo, a quien cree perdido en un oscuro recuerdo.
Polémica, concienciada y encantadora, Mafalda es la niña argentina más famosa de todos los tiempos. Su primera aparición tuvo lugar el 29 de septiembre de 1964. La seguirían casi dos mil tiras que narrarían la vida cotidiana de esta niña bonaerense de seis años, rodeada de su familia y amigos. En muy poco tiempo, sus aventuras empezaron a recorrer el mundo y a brindar horas de lectura y persión a millones de lectores. Desde las tiras predilectas del propio Quino a las más representativas de cada personaje, pasando por las que más sacudida produjeron en los lectores, convirtiéndose en icónicas, las que delinean el contexto social que las vieron nacer o las que anticiparon temáticas actuales, este nuevo tomo es una selección de los mejores momentos de nuestra heroína favorita, prologada por Judith Gociol.
El adjetivo gótico nos remite a un paisaje nocturno, plagado de árboles retorcidos, nubes pálidas, sonidos inquietantes y vislumbres de cementerio. Un imaginario que en buena medida se forjó entre los poetas románticos ingleses y sus sucesores. Lejos de ser un género cultivado por poetas de segundo rango, nuestra selección recurre a nombres que están en la cima de su arte: se abre con dos inquietantes poemas de Shakespeare, para recorrer después las grandes aportaciones de los románticos, encontrarnos con el maestro indiscutido del género: Edgar Allan Poe; las hermanas Brontë, los espectros del recuerdo de Hardy y la feérica Irlanda de Wilde y Yeats antes de despedirnos entre la penumbra onírica de Charlotte Mew.
Viviendo en la ciudad portuaria de Halifax (Nueva Escocia, Canadá), los días de Goyette están marcados por el hecho sustancial del Atlántico Norte, tanto por su presencia física como por sus connotaciones metafóricas. Y como muchos de los hechos abrumadores de la vida, nuestra conciencia de la importancia y el impacto del océano aumenta y disminuye a medida que el océano a veces acecha en el fondo, a veces se impone a nosotros, pero siempre, constantemente, es. En Océano Goyette elabora una especie de relato alternativo y apócrifo de nuestra relación con el océano. Océano recibió el premio Lieutenant Governor of Nova Scotia Masterworks Arts, uno de los más prestigiosos que concede el gobierno de esta provincia canadiense.
Capturar a un escurridizo jefe indio, fugado a una tierra salvaje y sin ley, es casi una misión suicida que recuerda a la mítica película La venganza de Ulzana.
«Cuando comencé a escribir westerns también trabajaba como redactor publicitario, haciendo anuncios para Chevrolet. Tenía una familia que alimentar así que me levantaba a las 5 de la mañana y trabajaba dos horas antes de ir al trabajo. Hice cinco libros y treinta cuentos de esa manera.» Así refiere Elmore Leonard (1925-2013), nacido en Detroit y considerado por muchos críticos el más grande autor de novela policiaca, sus comienzos como escritor.
En la colección Frontera han aparecido hasta el momento tres volúmenes con obras de Elmore Leonard: las novelas Hombre y Que viene Valdez en uno, y los relatos western completos en otros dos, El tren de las 3:10 a Yuma y otros relatos del Oeste y Los cautivos y otros relatos del Oeste.
Los cazarrecompensas (1953), primera novela de Leonard, comienza cuando un joven e inexperto oficial de caballería, R.D. Bowers, y un explorador curtido en la contienda contra los apaches, Dave Flynn, son enviados a una misión casi suicida más allá de la frontera con México, atrapar al caudillo apache Soldado Viejo y traerlo a territorio estadounidense. Rastrear a un indio rebelde y escurridizo a través del infierno sofocante de una tierra salvaje y sin ley, guarida de apaches y cazadores de cabelleras blancos, es un reto de alto riesgo en el que un cazador puede acabar convertido en presa. Al poco de iniciada la búsqueda, los perseguidores se topan con una escena dantesca: tres carros quemados y los cadáveres de sus ocupantes con la cabellera arrancada... pero los demás rastros no apuntan al modus operandi de los indios.
Alan Le May es uno de los autores más populares de la narrativa western debido sobre todo a su novela The Searchers, una obra maestra del género, y en especial a su adaptación cinematográfica, que en España adoptó el memorable título de Centauros del desierto (Col. Frontera no 4). Pero la producción literaria de Le May es mucho más extensa y cuenta con diecisiete novelas y centenares de relatos, muchos de ellos aparecidos en la prestigiosa revista Collier’s, una de las cabeceras fundamentales en la historia de la literatura popular norteamericana.
La presente obra, Los que no perdonan, tiene en común con Centauros del desierto su retrato crudo y realista de la vida en la frontera texana hacia 1870. La novela narra las tentativas de los indios kiowas por rescatar a la joven protagonista, Rachel, de la familia de colonos con la que vive desde que la adoptaron cuando apenas era una niña, pues consideran que es una de los suyos. La primera parte describe con detalle los afanes y penalidades de los colonos para sacar adelante un rancho ganadero en la peligrosa frontera, así como lo que sentían las mujeres en aquellas tierras, su esfuerzo por mantener una vida civilizada, la rivalidad entre vecinas, los romances, y también la pasión culpable que Rachel siente por uno de sus hermanastros. El lector puede percibir el paisaje, el sonido casi permanente del viento, las grandes distancias vacías, la alegría de la llegada de la primavera, pero también el temor de los colonos ante la llegada de la «luna kiowa» que acompaña a la estación. Es entonces cuando los guerreros de las tribus cercanas salen en busca de botín, sangre y gloria.