«En toda relación hay al menos un día realmente bueno», afirma uno de los protagonistas de esta novela que disecciona esa poderosa fuerza que mueve nuestras vidas: el amor. En ella varios personajes le cuentan al narrador sus experiencias más íntimas. Conoceremos a Bradley, quien rememora un día perfecto con Kathryn, su primera mujer, mientras que esta nos confiesa un inesperado flechazo en un partido de sóftbol; a Chloé y Oscar, dos adolescentes que escapan de su humilde pasado sumidos en un amor ardiente e inagotable; o a Diana, que disfruta sin remordimientos de su relación con un hombre casado. Vivencias entretejidas y visiones dispares que completan una vivísima panorámica sobre un sentimiento universal.
Sylvia Plath es una de las poetas más admiradas y leídas del siglo XX. Sus versos, que a lo largo de los años han ido cobrando protagonismo, especialmente después de que se quitara la vida a los treinta años, son un intento de expresar su desesperación y su obsesión por la muerte. Sus poemas pueden considerarse en gran parte autobiográficos y exploran su angustia mental, su problemático matrimonio con el poeta Ted Hughes y los conflictos sin resolver con sus padres, así como la visión que tenía de ella misma. Plath se ha ido perfilando hasta el día de hoy como uno de los grandes iconos del feminismo, y su poesía en especial El coloso y el póstumo Ariel, una valiosa prueba de que fue una de las grandes escritoras del pasado siglo. Cincuenta años después, sus versos todavía contienen toda su intensidad, dolor y belleza.
A mediados de la decada de 1930, W. B. Yeats recogió en un solo tomo, con el nombre de Autobiografías, seis textos escritos en diferentes epocas. Constituyen unas memorias que abarcan sus primeros 58 años de vida, desde su infancia hasta el momento en el que obtuvo el Premio Nobel de Literatura. En ellas ofrece su opinión sobre personajes destacados de su epoca, como Oscar Wilde, George Bernard Shaw o los pintores prerrafaelitas, y de otras anteriores como Percy B. Shelley. Aanaliza tambien su propia obra como poeta y dramaturgo, relata sus esfuerzos por fundar el famoso teatro Abbey de Dublín y se detiene en su relación con el nacionalismo irlandes y la fascinación que llegó a sentir por el ocultismo y las visiones paranormales.