Militza y Stana, hijas del empobrecido rey de Montenegro, se ven forzadas a casarse con dos miembros de la aristocracia rusa para que su padre pueda recuperar parte de su poder.
La vida, a pesar del esplendor de la corte del zar Nicolás, no es fácil. Una de ellas, Militza, parece tener poderes ocultos y siente fascinación por todo lo que tenga que ver con la magia y el espiritismo. Ante una influenciable zarina Alexandra, que haría cualquier cosa para darle al país el heredero que está esperando, despliegan su relación con el más allá, y entre sesiones de espiritismo, pócimas engañosas y coqueteos con la magia negra, logran hacerse con un gran poder en la corte.
Sin embargo, cuando den con Rasputín, precisamente en la búsqueda de un hombre con poder espiritual, descubrirán que quizás han ido demasiado lejos.
César Vallejo es, sin lugar a dudas, uno de los poetas en español más importantes de todos los tiempos. Su obra, de gran influencia en la literatura posterior, hizo saltar en pedazos la lírica occidental y, aún hoy, sigue siendo «rabiosamente contemporánea» (La Vanguardia). Aunque partió del modernismo, pronto avanzó hacia la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas. Con Trilce —«el más radical de los libros en lengua española» (Julio Ortega)— Vallejo alcanzó a crear un nuevo lenguaje poético que lo situó como una de las cumbres de la poesía de vanguardia a escala mundial. Su obra escrita en Europa, casi toda publicada póstumamente —los llamados Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz—, no abandona la necesidad de explorar la máxima potencia del lenguaje, que se impregna a más abiertamente de referencias políticas e históricas, y constituye, según muchos críticos, lo mejor de su producción.
Limoux, año 1379. Tras una enigmática reunión, la Inquisición encarcela sin causa aparente a la familia de un humilde carpintero. El matrimonio es metódicamente interrogado, torturado, procesado y condenado por herejía en base a pruebas hábilmente manipuladas.
Ejean, el hijo mayor del matrimonio, tras su viaje a Toledo y Barcelona, regresa a su pueblo natal, donde obtiene por la fuerza la confesión de tres miembros del Tribunal de la Inquisición que condenó a los suyos y que confirmaría que sus hermanos fueron obligados a ingresar en calidad de oblatos en la abadía de Sant Miquel de Cuixà.
Abrigando la esperanza de encontrarlos, Ejean se trasladará secretamente hasta esa abadía, donde consigue introducirse en ella con la ayuda de un misterioso religioso benedictino.
Dentro de esos muros será testigo de las conspiraciones internas en pos de El legado del diablo, un libro en clave que profetiza el futuro hasta la llegada del fin del mundo.
La incesante búsqueda de sus hermanos le llevará, finalmente, a desvelar la siniestra identidad de quien se hace llamar el Siervo de Dios y la razón última de la intriga urdida para asesinar a sus padres.