Los viajes de Gulliver es la obra canónica del género de viajes imaginarios, y tiene un valor incalculable como precedente de la literatura fantástica moderna. Jonathan Swift sufrió en carne propia la persecución política y religiosa en la convulsa Irlanda del siglo XVIII, por eso no es de extrañar que, según sus propias palabras, esta novela ?cuya publicación fue todo un ejemplo de cómo burlar la estricta censura de la época? estuviese destinada «más a vejar al mundo que a divertirle». Sin embargo, eso no impide que sea una lectura tremendamente entretenida y totalmente vigente tres siglos después de su primera publicación.
El corazón de las tinieblas recoge parte de sus experiencias a bordo de un barco de vapor en el río Congo. Las enigmáticas últimas palabras de Kurtz, «¡El horror! ¡El horror!», nos hablan de dos de las grandes preocupaciones del autor: los excesos de la colonización europea en África y la amoralidad intrínseca del ser humano.
Esta novela tiene una estructura singular. Tras una primera parte en la que el talento deductivo del inquilino más famoso del número 221B de Baker Street brilla más que nunca a la hora de enfrentarse a su antagonista el profesor Moriarty y descubrir al culpable de un asesinato imposible, Doyle nos ofrece un flashback ambientado en el mundo de las bandas criminales en la Pensilvania del siglo XIX que nos ayuda a comprender el origen del conflicto.