“In the year 1936 a writer planted roses.” So begins Rebecca Solnit’s new book, a reflection on George Orwell’s passionate gardening and the way that his involvement with plants, particularly flowers, and the natural world illuminates his other commitments as a writer and antifascist, and the intertwined politics of nature and power.
Sparked by her unexpected encounter with the surviving roses he planted in 1936, Solnit’s account of this understudied aspect of Orwell’s life explores his writing and his actions—from going deep into the coal mines of England, fighting in the Spanish Civil War, critiquing Stalin when much of the international left still supported him (and then critiquing that left), to his analysis of the relationship between lies and authoritarianism. Through Solnit’s celebrated ability to draw unexpected connections, readers encounter the photographer Tina Modotti’s roses and her Stalinism, Stalin’s obsession with forcing lemons to grow in impossibly cold conditions, Orwell’s slave-owning ancestors in Jamaica, Jamaica Kincaid’s critique of colonialism and imperialism in the flower garden, and the brutal rose industry in Colombia that supplies the American market. The book draws to a close with a rereading of Nineteen Eighty-Four that completes her portrait of a more hopeful Orwell, as well as a reflection on pleasure, beauty, and joy as acts of resistance.
Angela Merkel se retiró hace seis semanas y acaba de mudarse con su esposo, el guardaespaldas y su perrito Putin a una despoblada pero encantadora región del interior de Alemania. Acostumbrada a una vida turbulenta que le llevó a enfrentarse a duros líderes mundiales, situaciones límite y unos tres mil banquetes de Estado, ahora tiene dificultades para concentrarse en la tranquilidad del campo. Dedicarse sólo a hacer pasteles y senderismo va camino de convertirse en un soberano aburrimiento.
Cuando un noble de la zona aparece muerto, una chispa se enciende en Angela: por fin se topa con una situación que necesita ser resuelta y que requerirá de toda su inteligencia. El barón ha sido encontrado en su castillo, la habitación estaba cerrada desde dentro… y hay seis sospechosas.
Hijos de Dune es la tercera novela de la serie «Dune» de Frank Herbert, una obra maestra unánimemente reconocida como la mejor saga de ciencia ficción de todos los tiempos.
Leto Atreides, el hijo de Paul -el mesías de una religión que arrasó el universo, el mártir que, ciego, se adentró en el desierto para morir-, tiene ahora nueve años. Pero es mucho más que un niño, porque dentro de él laten miles de vidas que lo arrastran a un implacable destino. Él y su hermana gemela, bajo la regencia de su tía Alia, gobiernan un planeta que se ha convertido en el eje de todo el universo. Arrakis, más conocido como Dune.
Y en este planeta, centro de las intrigas de una corrupta clase política y sometido a una sofocante burocracia religiosa, aparece de pronto un predicador ciego, procedente del desierto. ¿Es realmente Paul Atreides, que regresa de entre los muertos para advertir a la humanidad del peligro más abominable?