Una brillante novela policiaca donde la Verdad mide sus fuerzas frente a los intereses de los poderosos.
Una aburrida tarde de agosto, el farmacéutico de un pequeño pueblo siciliano recibe un anónimo en el que le amenazan de muerte y al que, sin embargo, no da importancia. Pero, días después, el farmacéutico muere asesinado en el monte junto a otro respetable lugareño, el médico Roscio. Mientras los rumores que se desatan causan daños irreparables, y la policía y los carabineros dan palos de ciego, sólo Laurana, un anodino pero culto profesor de instituto, sigue una pista que tal vez conduzca hasta el asesino. Ha descubierto que el anónimo estaba confeccionado con palabras recortadas de un diario católico y conservador,L’Osservatore Romano, pues su logotipo,Unicuique suum–«A cada cual, lo suyo»–, figura en el reverso de los recortes. Y se lanza a hurgar en la vida de sus vecinos.
Atravesada por la memoria olfativa y bañada por la luz de Asturias, El verano que volvimos a Alegranza es una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias.
Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la muerte de su tía Valentina en circunstancias dramáticas. En busca de respuestas a la crisis existencial en la que se halla inmersa, decide pasar un verano en Alegranza -la casa de indianos que construyó su abuelo Tomás en el pueblo asturiano de Colunga- y aceptar el reto de Jean-Luc Peltier, un prestigioso perfumista al que ha entrevistado: elaborar un perfume que la ayude a definirse a sí misma. Mientras bucea en sus recuerdos de infancia, impregnados de rosa silvestre, hortensia o madreselva, Leandra irá desvelando las distintas capas de secretos que, como los ingredientes de una fragancia, componen la historia de su familia.
En La naturaleza de la bestia, la undécima entrega de la popular y aclamada serie dedicada a Armand Gamache, el ex inspector jefe de homicidios de la Sûreté du Québec debe abandonar su tranquila vida de jubilado en Three Pines para investigar la desaparición de un niño. El caso destapa una serie de sucesos que conducen a un asesinato y que, a su vez, nos guían hasta un antiguo crimen: a lo mejor el monstruo que hace veinticinco años llegó a Three Pines y sembró la desgracia entre la población ha regresado.
Con su maestría habitual, Penny aborda el lado más oscuro de la naturaleza humana a través del inexorable dilema moral que supone creer o no creer las fantasías del chico Laurent Lepage, a sabiendas de que la maldad anida incluso en los lugares más inesperados.