El caminante», obra de madurez de Soseki, narra la historia de un peculiar y sutil triángulo cuyos vértices conforman Jiro, su hermano Ichiro y la esposa de éste, Nao. Atrapados entre tradición y modernidad, los personajes deambulan por un Japón hambriento de cambio y de progreso que se enfrenta a una metamorfosis demasiado rápida. La angustia vital que atormenta al protagonista, Ichiro, es la de la soledad del hombre inmerso en una sociedad que avanza sin tregua, sin otorgar nunca un respiro. Su mujer, Nao, escoge el camino de la pasividad y del desafío silencioso y frío. Finalmente Jiro, cuyos gestos son imperceptibles susurros de amor velado hacia su cuñada, es testigo del desplome del frágil estado mental de su hermano.
Virginia Woolf dejó en vida dos proyectos suspendidos: escribirsus memorias y unas vidas de sus amigos y de los escritores queadmiraba. Para ambos proyectos confiaba en las anotaciones desu diario, que inició poco después de casarse, al arrancar sutrabajo como novelista, y que la acompañó hasta el final de suvida. Gonzalo Torné se ha sumergido en los cinco tomos de esosdiarios para seleccionar y reordenar los pasajes que permiten,por un lado, trazar la silueta de su biografía, y por otro, leer decorrido sus opiniones sobre sus amigos, colegas y rivales. Elvolumen se completa con una selección de sus ideas ypensamientos breves sobre aspectos muy diversos de la vida, quese leen como un breviario de agudeza y sabiduría. La presenteedición incluye, además, tres anexosn compuestos por ItziarHernández Rodilla y prólogo de Lucía Litjmaer.
El "Crotalón" (o "Crótalon"), diálogo atribuido a Cristóbal de Villalón, es una obra escrita a mediados del siglo XVI, coincidiendo con un momento de creciente tensión entre las ideas de la Reforma y las nacidas contra esta en Roma y en el Vaticano. El texto, que retoma el argumento de "El gallo" de Luciano de Samósata, nos presenta un agudo y satírico retrato de los vicios sociales, rematado por un último capítulo en que el diálogo se torna una novedosa diatriba contra el estado de cosas de la sociedad europea y española de su tiempo. La renovada interpretación que el autor hace de Luciano, sin separarse por ello de una sólida fundamentación evangélica, avala además una revisión de las costumbres morales y lo sitúa en la línea de los grandes reformadores de la Europa del Renacimiento.