Una obra fascinante que describe los infiernos y los paraísos del amor y dibuja un rico mosaico histórico sobre la asombrosa aventura de la existencia.
Sabido es que hay amores que matan. Y en Pasiones, Rosa Montero da fe de ello a través de la descripción de dieciocho grandes idilios de todas las épocas. Son historias de pasiones famosas, solitarias o compartidas, de desgracias eternas y felicidades más bien pasajeras.
La autora nos acerca así a las intensas relaciones que vivieron desde Marco Antonio y Cleopatra hasta Juana la Loca y Felipe el Hermoso, desde Eva Duarte y Juan Perón hasta John Lennon y Yoko Ono o como la de Lewis Carroll por la niña Alice Liddell.
En 1925, una figura de camisa negra y gesto arrogante comienza a ocupar todos los intersticios de la vida pública italiana. Benito Mussolini, una vez que se ha convertido en el presidente del Consejo más joven de la historia de Italia, se prepara para el siguiente paso del proyecto fascista: fundir su nombre con el de su propio país. Pero la senda del autoritarismo no es sencilla: luchas internas en el partido, durísimas batallas parlamentarias, la amenaza revolucionaria, la necesidad de expandirse territorialmente, una turbulenta vida personal y palaciega, intentos de asesinato y la nueva relación con un joven Herr Hitler, cada vez más popular. Todo para que Mussolini, fascismo e Italia sean uno. Este proceso irá tomando cuerpo hasta que, en 1932, se cumpla una década de la marcha sobre Roma. Pero no hay tiempo para mirar atrás, el futuro parece encerrar una promesa brillante para el fascismo.
Mariana Enriquez se pasea y nos pasea por cementerios de medio mundo: una propuesta fascinante que va mucho más allá de lo macabro.
Este libro reúne una serie de muy particulares crónicas de viajes por medio mundo. La autora recorre países y continentes para visitar algo muy concreto y acaso inusual: cementerios. Desfilan por estas páginas camposantos célebres y cargados de historia como el de Montparnasse de París, el de Highgate en Londres o el cementerio judío de Praga, y otros recónditos, decrépitos, remotos o secretamente bellos. Asoman tumbas de personajes famosos–la de Elvis en Memphis, la de Marx en Londres...–, epitafios extravagantes, esculturas dolientes, ángeles sensuales, rastros de vudú en Nueva Orleans, escritores románticos, criptas góticas, catacumbas, esqueletos, vampiros, fantasmas y una inagotable retahíla de leyendas e historias: el poeta enterrado de pie, la tumba del caballo fiel... Y hay lugar también para hacer el amor entre las lápidas o para robar un hueso y ponerle nombre.