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POR SI SE VA LA LUZ (OF)

Entonces, cuando es de noche y Martín posa su mano sobre uno de mis muslos, le pregunto: ¿hemos venido aquí a ser viejos? No se llevaron nada, o casi; ni siquiera el gusto por la aventura. Y cuando llegaron al pueblo, entraron en casa y se echaron encima de un colchón como si la noche no Riera a acabar nunca. Amaneció, y a la luz del sol descubrieron que había más vida allí: unas cuantas casas, unos huertos, hombres y mujeres que hablaban lo justo. ¿Qué sentido tenía aquel viaje, aquella gente, aquel ir viviendo sin imágenes, sin música, sin mensajes que contestar, con solo unos cuantos libros y algo de comida y sexo para aliviar los días? Quizá se tratara de llegar a viejos allí, ahora que ya no quedaba nadie en las ciudades; quizá buscaran una manera de ser y de hacer algo digno en ese rato que les quedaba antes de que se apa­gara la luz. Quién sabe. Como todos los grandes libros. Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas. Lara Moreno es una mu­jer que empieza y tiempo le queda para decir lo suyo, pero con esta primera novela nos entrega ya literatura en mayúsculas.
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ADIOS, MUÑECA. MARLOWE 2 (BOL)

Adiós, muñeca (1940), considerada por muchos la mejor obra de Raymond Chandier, es su segunda no­vela. El detective Philip Marlowe emprende la bús­queda apasionada de una cantante pelirroja, se ve envuelto en la escena de un crimen y debe desenre­dar un turbio asunto de deudas de juego. No tardará en descubrir que una costumbre ha arraigado en Los Ángeles: disparar primero y preguntar después. Esta edición reúne también los tres relatos pulp, publica­dos en las revistas Black Masky Dime Detective, que Chandier canibalizó para escribir la novela: «El hom­bre que amaba a los perros» (1936), «Busquen a la chica» (1937) y «El jade del mandarín» (1937).
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EL ESPEJO DEL MAR (BOL)

Las crónicas que conforman este libro repasan las vivencias marítimas de Conrad, primero como ma­rinero en Francia y más adelante en la marina mer­cante británica. Estos textos componen un vivísimo retrato de la relación entre el hombre y el mar en una época en que la llegada del vapor supuso el fin de la hegemonía de los barcos devela. Considerado como el cruce entre un cantar de gesta sobre la na­vegación a vela y la biblia del oleaje, El espejo del mares la insuperable reminiscencia de una forma de vida y una obra imprescindible para comprender a su autor.
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