A pesar de que la mujer tuviera un lugar preferente en el siglo XVIII, apenas se ha conservado dignamente la obra poética escrita por mujeres. Esta antología continúa el camino que se inició con los dos primeros volúmenes de POÉTICAS, que corresponden a los siglos XVI y XVII, porque el olvido a las escritoras se han producido durante toda la historia, y pretendemos recuperar parte de la literatura antes de perderla sin remisión. Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa Sor Ana de San Joaquín Teresa Guerra Doña María Josefa de Rivadeneyra Ana Verdugo y Castilla Chicaba María Nicolasa de Helguero y Alvarado María Joaquina de Viera y Clavijo María Gertrudis Hore Rafaela Hermida Jurquetes Xosefa Xovellanos Ana María Espinosa y Tello Clara Jara de Soto Margarita Hickey María Rosa de Gálvez
En la ciudad industrial de Coketown el señor Gradgrind dirige una escuela donde se enseña que la vida es «una pura cuestión de números» basada en «hechos» e inculca los mismos principios a sus hijos. Cuando un día sorprende a dos de ellos, Tom y Louisa, espiando entre las barracas de un circo, se enoja sobremanera y les recuerda que la imaginación y el sentimiento son «tonterías destructivas». El fabuloso mundo del circo sirve de contrapartida al sistema despótico y estrictamente regulado de la ideología utilitarista, personificada especialmente en la figura del siniestro banquero Bounderby, y que a lo largo de la trama lo único que prácticamente hace es engendrar canallas y víctimas.
Una combinación magistral de suspense psicológico y ficción basada en crímenes reales.
Pamela Schumacher se despierta a las tres de la madrugada en el edificio de su fraternidad universitaria. Cuatro de sus compañeras han sido atacadas: dos mueren antes de llegar al hospital y las otras sobreviven con graves secuelas.
Al otro lado de Estados Unidos, Tina Cannon intenta descubrir qué le pasó a su amiga Ruth, desaparecida a plena luz del día. Al enterarse de la tragedia en la fraternidad, Tina sospecha que el responsable es el mismo hombre.
Decidida a hacerle pagar por lo que le hizo a Ruth, su camino se cruzará con el de Pamela, unidas en su ferviente búsqueda de la verdad.
Un directivo de la industria siderúrgica aparece muerto dentro de su BMW quemado. No se trata de un «accidente» aislado: alguien está llevando al extremo el propósito de que se tome conciencia del cambio climático y se haga algo al respecto.
El miedo a que pronto el objetivo del criminal escale y haya un atentado masivo se apodera de la inspectora Eva Nyman.
Para evitarlo, recurre a su unidad especial Nova. Lo que no sabe es que, durante el transcurso de la investigación, tendrá que lidiar con una serie de pistas que la llevarán a revivir una historia traumática de su pasado.
Considerada una de las escritoras más visionarias y canónicas, y alabada como «la mejor narradora de nuestra era», Margaret Atwood regresa al terreno de la ficción con Perdidas en el bosque, una colección de quince historias en las que la mítica autora de El cuento de la criada aborda -con su acostumbrado ingenio, mordacidad, imaginación y talento para subvertir el orden establecido- las relaciones familiares, el matrimonio, la pérdida y el significado de vivir en pareja.
Teñidos de una fuerte intensidad nostálgica, todos los relatos nos ofrecen una visión sincera, apasionante e inequívocamente autobiográfica de las minucias de la vida. Desde los protagonizados por el matrimonio formado por Tig y Nell, que forman una novela mosaico, hasta «Morte de Smudgie», sobre la muerte de un gato, pasando por «Mi maléfica madre», que sigue una relación entre madre e hija a través de los años y muestra cómo y por qué muchas personas acaban siendo como sus padres, «La entrevista post mortem», que contiene una improbable conversación entre la autora y su admirado George Orwell, con quien se encuentra a través de una médium en trance o «Muerte a golpe de concha», en la que Hipatia de Alejandría cuenta su propia ejecución.
La esclavitud de nuestro tiempo surgió cuando Lev Tolstói se enteró por un conocido de que los cargadores de la línea de ferrocarril Moscú-Kazán trabajaban por norma unas treinta y seis horas seguidas, así que quiso ir a hablar con ellos y a comprobar con sus propios ojos esas condiciones miserables. Entonces llevaba ya más de dos décadas reflexionando sobre la violencia organizada del Estado y de la propiedad privada, y había abrazado un ideal anarquista de inspiración evangélica orientado, precisamente, a la no violencia. Para preparar este corto ensayo, que vio la luz en 1900, Tolstói escribió más de mil ochocientas páginas a mano, prueba de que lo consideró su gran aportación a la causa de la libertad, la justicia y la felicidad humanas.
Traducción de Esther Gómez Parro