Ver como
Ordenar por
Mostrar por página
Imagen de AMARILLA
995 796

AMARILLA

Todos los poemas me salen amarillos», escribe Marta Sanz en uno de los versos de este libro. Y es que el amarillo es, aquí, un color último, definitivo, de una acidez que se identifica con un nervioso sentido del humor. Funciona al mismo tiempo como origen y como frontera de todas las cosas que suceden en esta vida: el filo preciso entre la claridad y la tiniebla. Porque estos poemas nacen del fulgor de un destello, y con amarillenta calidez se dirigen a un futuro que languidece; pero no tienen miedo, porque han comprendido que toda luz que brilla es siempre devorada, que todo lo que ilumina es a su vez consumido. Los versos se extienden como un delicado manto sobre el paisaje de lo cotidiano, cruzan las carreteras de una geografía íntima atravesada por la enfermedad, el deseo, la memoria, el final. El cuerpo se convierte en una elegía del paso del tiempo, un encefalograma en el que se registra cada marca, cada afrenta. Amarilla es, por encima de todo, una política de lo íntimo y una intimidad al descubierto, lanzada al mundo.
995 796
Imagen de POR QUE ALGUNOS HOMBRES ODIAN A LAS M.
1,650 1,320

POR QUE ALGUNOS HOMBRES ODIAN A LAS M.

Antes de convertirse en una de las grandes cronistas de lo íntimo, Vivian Gornick escribía con la claridad furiosa de quien ha elegido vivir al servicio de una causa. Los textos reunidos en Por qué algunos hombres odian a las mujeres revelan a una pensadora radical, lúcida y vibrante, en plena efervescencia del feminismo de los años setenta. Desde las disputas ideológicas dentro del movimiento hasta las conversaciones aparentemente triviales en una peluquería del Upper West Side neoyorquino, sirven a Gornick para capturar el pulso de una transformación histórica. Y le sirven además para reflexionar sobre las diferencias entre las olas feministas, denunciar la misoginia soterrada –y no tanto– en autores consagrados como Norman Mailer, Saul Bellow o Philip Roth, y defender el poder político del testimonio personal en los grupos de autoconciencia, donde lo privado se vuelve revolución. Este libro no es solo la crónica de una época: es una cartografía de la resistencia, una llamada a no bajar la guardia, una guía de combate. En tiempos en los que el feminismo vuelve a ser desafiado por viejos y nuevos reaccionarismos, estas páginas nos recuerdan que ninguna conquista es irreversible y que la autonomía de las mujeres sigue siendo, para muchos, una amenaza intolerable. Con prosa incisiva, Gornick analiza cómo se construye el poder masculino, cómo se transmite la sumisión femenina, y qué ocurre cuando una mujer empieza a ver su experiencia personal como parte de algo mayor.
1,650 1,320
Imagen de PEQUEÑA CRONICA. CUATRO RELATOS
1,450 1,160

PEQUEÑA CRONICA. CUATRO RELATOS

El volumen Pequeña crónica. Cuatro relatos lo publicó en 1929 la prestigiosa editorial Insel de Leipzig. Era un pequeño tomo de poco más de cien páginas que aparecía cuando el nombre de Stefan Zweig era ya el más cotizado de entre los autores europeos de la época. Los cuatro relatos que contiene tratan de vidas de personas en apariencia insignificantes, pero colmadas por la pasión; en palabras de Zweig: «…tratan de destinos de gente sencilla, de esos destinos que carecen de relevancia pública pero que para los afectados son tremendamente trágicos». «La colección invisible» recrea la historia de un coleccionista de grabados antiguos de los grandes maestros de la pintura universal. En este relato Zweig reprodujo —llevándola al extremo— algo de su propia pasión por las colecciones de autógrafos de grandes literatos y músicos. Según él, «Todos los coleccionistas son hombres felices», y también lo es en apariencia el protagonista de esta historia, aunque ignore de qué profundo abismo proviene su ilusoria felicidad. «Episodio en el lago de Ginebra» relata la peripecia de un soldado ruso que por misteriosas circunstancias aparece como náufrago en las aguas del bello lago suizo: son tiempos de la Gran Guerra, y el pobre hombre se entera de repente que fronteras y leyes incomprensibles para él le impiden regresar a la patria. «Leporella» es la historia de una obtusa y tétrica sirvienta que por sumisión a su amo es capaz de cometer las acciones más reprobables. La historia parece inspirada en el mejor Poe o en el mejor Maupassant. «Mendel el librero» versa sobre un anticuario de libros omnisciente al que apodan «Libromendel», que lo sabe todo de los libros con los que comercia; desde el vienés café Gluck, donde se ubica el centro de su negocio, este viejo judío se relaciona con los bibliófilos más conocidos del mundo, hasta que la confrontación bélica entre las naciones de Europa trastocará su apacible existencia. Este nuevo volumen de relatos del gran Stefan Zweig prosigue con la iniciativa de Hermida Editores de publicar en castellano estas narraciones tal y como vieron la luz la primera vez que se publicaron en alemán: agrupadas en volúmenes autónomos tal y como lo concibió inicialmente su autor. Con este propósito han aparecido ya los títulos: Novela de ajedrez, Amok. Novelas de pasión, Primera experiencia. Cuatro historias del país de los niños, Confusión de sentimientos. Tres novelas y Miedo.
1,450 1,160
Imagen de ASTILLAS
1,650 1,320

ASTILLAS

Cuando su hija tenía poco más de un año, Leslie Jamison y su marido se separaron. Astillas es la disección afilada del desmoronamiento de ese matrimonio, y de la irrupción explosiva de una crianza en solitario. Es eso, y, al mismo tiempo, muchísimo más. Porque en el doloroso punto en el que confluyen la maternidad y el divorcio, la autora nos ofrece una exploración implacable y conmovedora del amor en sus múltiples y a menudo imperfectas formas. Tras el éxito de sus celebrados ensayos El anzuelo del diablo, La huella de los días y Gritar, arder, sofocar las llamas, Leslie Jamison vuelve con su obra más personal hasta la fecha: el relato de la reconstrucción de una vida tras el fin de un matrimonio. Acostumbrada a lidiar con material sensible —excavando en su propia psique e indagando en nuestras preguntas más incontestables—, se adentra ahora en un terreno nuevo para poner su incomparable capacidad de percepción a analizar sus vínculos más íntimos: los que tiene con su hija, su ahora exmarido y sus padres, de los que ha heredado un complejo patrón sentimental. Con una valentía extraordinaria, Jamison examina sus vulnerabilidades, contradicciones e intentos por encajar en un mundo donde las narrativas familiares se han hecho pedazos. Desde sus vivencias como «hija del divorcio» hasta las precarias conexiones que establece después del suyo propio, la autora se adentra en la complejidad de las relaciones modernas para transitar el fracaso amoroso y la búsqueda tenaz de una nueva identidad como mujer. Aunando lo emocional con lo intelectual, a través de la experiencia propia pero también de reflexiones profundas sobre la naturaleza del compromiso y las expectativas impuestas y autoimpuestas de la feminidad, Leslie Jamison rinde en Astillas un homenaje al amor y al fracaso perpetuo, así como a la dignidad que surge del intento incesante de salir adelante.
1,650 1,320
Imagen de EL EMPERADOR DE LA ALEGRIA
1,650 1,320

EL EMPERADOR DE LA ALEGRIA

Es verano en Alegría Este, un rincón de Nueva Inglaterra en el que el tiempo parece haberse detenido y los espíritus del pasado se pasean entre coches abandonados. Alegría se alza sobre una costra de tierra a lo largo del río Connecticut; sobre el río se alza un puente de carga que lleva el nombre del jefe wampanoag que lideró una rebelión para recuperar su territorio de manos de los puritanos; y sobre el puente se alza Hai, de diecinueve años, pasando una pierna sobre la barandilla tras haber decidido lanzarse desde treinta metros de altura. Y entonces, de repente, algo interrumpe lo que parecía inevitable: una voz al otro lado del río. Es Grazina, una anciana atrapada en los laberintos de la memoria, con recuerdos de una guerra lejana y de su Lituania natal. En un microcosmos de pérdidas y sueños rotos, entre las calles polvorientas y los paisajes melancólicos de Alegría Este, ambos construirán un refugio efímero contra el desorden del mundo. En ese pasado laberíntico y difuminado de Grazina, Hai se convertirá en el sargento Pepper, personaje de una guerra imaginaria que les permitirá navegar juntos las turbulencias de la extrañeza. Unidos por una existencia vivida en los márgenes de lo social, se forjará entre esa dupla improbable un vínculo basado en la empatía y el reconocimiento; una relación tejida entre confusiones y momentos de lucidez que se convertirá en un viaje inesperado hacia una segunda oportunidad.
1,650 1,320
Imagen de LA MALA HORA (BOL)
995 796

LA MALA HORA (BOL)

Al pueblo ha llegado «la mala hora» de los campesinos, la hora de la desgracia. La comarca ha sido «pacificada» después de tanta guerra civil. Han ganado los conservadores, que se dedican a perseguir cruel y pertinazmente a sus adversarios liberales. Al alba de una mañana, mientras el padre Ángel se dispone a celebrar la misa, suena un disparo en el pueblo. Un comerciante de ganado, advertido de la infidelidad de su mujer por un pasquín pegado a la puerta de su casa, acaba de matar al presunto amante de ésta. Es uno más de los pasquines anónimos clavados en las puertas de las casas, que no son panfletos políticos, sino simples denuncias sobre la vida privada de los ciudadanos. Pero no revelan nada que no se supieran de antemano: son los viejos rumores que ahora se han hecho públicos, y a partir de ellos estalla la violencia subyacente a la luz tórrida, espesa, cansada y pegajosa, en una serie de escenas encadenadas de inolvidable belleza. «El padre Ángel se incorporó con un esfuerzo solemne. Se frotó los párpados con los huesos de las manos, apartó el mosquitero de punto y permaneció sentado en la estera pelada, pensativo un instante, el tiempo indispensable para darse cuenta de que estaba vivo, y para recordar la fecha y su correspondencia en el santoral. "Martes, 4 de octubre", pensó; y dijo en voz baja: "San Francisco de Asís".» Emir Rodríguez Monegal dijo...«En La mala hora García Márquez no sólo aporta su maestría sino una capacidad de superar el realismo por la vía de una exasperación de las situaciones y de una discreta alegorización de los motivos esenciales de la novela.»
995 796