En 1857, Tolstói asiste por casualidad en París a una ejecución pública. Aquel hecho, trivial en la época, supuso para el escritor la caída de un velo. Ese mismo día escribe a un amigo, le relata el terrible espectáculo y concluye: «La verdad es que el Estado es una conspiración diseñada no sólo para explotar, sino sobre todo para corromper a sus ciudadanos. De ahora en adelante, nunca serviré a ningún gobierno en ninguna parte». Había nacido un nuevo Tolstói. Pero el camino será largo. Cuatro años después, visita al gran pensador anarquista Pierre-Joseph Proudhon, exiliado en Bélgica. Ambos pasan noches enteras hablando. Bajo su influencia, Tolstói regresa a Rusia y decide asentarse en el campo, donde acaba de abolirse la servidumbre, en busca de una vida más honesta y con un mayor compromiso social. Sin embargo, un día regresa a Moscú. Y lo que encuentra allí supera to do lo imaginable. Es un viaje al otro lado de la realidad. Es el viaje que se cuenta en este libro y que convirtió al gran literato que había sido hasta entonces en el intelectual revolucionario que fue hasta su muerte. Un libro-bisagra. Un libro-dinamita.
El siglo XX fue una época de florecimiento de escritores que sobrevivieron al terror de Estado y a las purgas, con todas las ambivalencias morales y políticas que ello conlleva. ¿Fueron tan fuertes como para no capitular ante el poder? ¿Sobrevivieron gracias a su clarividencia o inteligencia, o más bien a sus relaciones? ¿Escaparon de la prisión, del campo de concentración y de la muerte por una suerte rayana en el milagro o ello se debió a estrategias que fueron desde el congraciamiento hasta el mimetismo? De Gabriele D'Annunzio a Maksim Gorki, de Gertrude Stein a Fernando Pessoa, de Sartre a García Márquez…, Hans Magnus Enzensberger presenta una colección de «viñetas» breves, cáusticas y muy personales por las que desfilan más de sesenta autores y autoras que en su mayoría el intelectual alemán conoció personalmente y que sortearon, con mayor o menor suerte, los obstáculos de un siglo extraordinariamente complejo, algunos protegidos por su fama, otros recurriendo al arte del compromiso. En estos afilados retratos, Enzensberger destierra del Olimpo literario a muchos dioses de la pluma, y desvela sin miramientos facetas desconocidas de algunos de ellos, dejando en el aire una pregunta que el lector es llamado a contestar: ¿implica ser escritor un compromiso moral o un plus de coherencia intelectual? Parte de la respuesta se encuentra en estas páginas que conforman un original y entretenido compendio de historia de la literatura contemporánea.
Francia y la poesía fueron los primeros grandes amores de Stefan Zweig, que dedicó una buena parte de su obra a sacar de su «aparente oscuridad» a los genios de la creación y contagiar así sus pasiones a los lectores. A petición de la editorial berlinesa Schuster & Loeffler, el joven escritor compuso esta breve monografía sobre Paul Verlaine, su primer ensayo biográfico. Esta pequeña joya publicada en 1905, que incluye traducciones de algunos de los poemas más emblemáticos del poeta, inauguró en la carrera de Zweig un género literario en el que desplegaría todo su talento y sensibilidad.
La periodista y divulgadora Natalia Monje elige para su primera novela una trama antropológica con toques de folk horror, sobre la construcción del enemigo y del miedo, y la manera en que eso se perpetúa en prácticas oscuras que, aunque parecen desaparecidas, pueden reactivarse con un pequeño cambio.
Su protagonista es una investigadora que se topa en una aldea de la Galicia rural con la terrible muerte de una mujer embarazada, aparentemente atacada por un buey semental. Lo que parece un accidente toma un sesgo más siniestro cuando resulta que el cadáver del feto no aparece por ninguna parte.
Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar; con ellos aprendió a conocer la selva y a respetar a los animales y a los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo. Un día decidió leer las novelas de amor que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín. Con ellas se aleja de la estupidez de esos forasteros que creen dominar la selva porque van armados pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida: de eso se ocupará el viejo Bolívar Proaño.
Una versión japonesa de El silencio de los corderos con ecos a Emmanuel Carrère.
Aunque se declare una guerra esta mujer será capaz de sobrevivir
Rika Machida es la única mujer en la redacción de la revista semanal en la que trabaja. Quizá por eso sea la única que consigue contactar con Manako Kajii, una mujer condenada a cadena perpetua por seducir y asesinar a varios hombres con la intención de usar su dinero para costearse talleres de cocina y comidas lujosas. Así comienza una serie de encuentros entre las dos mujeres que pronto transforman el interés inicial de Rika, meramente profesional, en una extraña fascinación hacia la supuesta asesina.
Kajii no encaja en lo que cabría esperar de una «seductora de hombres», pero su arrolladora personalidad y su determinación a satisfacer sus deseos resultan más intrigantes para Rika que cualquier otro tema que jamás haya tratado. A medida que ahonda en ella, la magnética personalidad de Kajii rebasa los muros de la prisión y empieza a influir en las decisiones y comportamientos de la periodista.