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EL METRO DE PLATINO IRIDIADO

En El metro de platino iridiado Álvaro Pombo despliega un asombroso repertorio de registros: el buceo visionario y abisal en la psicología de sus personajes, la más elevada especulación psicológica, el inesperado quiebro humorístico, el coloquialismo más certero. Todo ello, lo más profundo y lo más cotidiano, lo trágico y lo cómico, perfectamente fundido y ensamblado en esta novela, ambientada en el Madrid de los años ochenta, tan ambiciosa como lograda. El matrimonio de Martín y María apareja inevitables consecuencias en su entorno inmediato. Gonzalito, el hermano de María, al principio fascinado por la personalidad de su cuñado, profesor de filosofía y escritor, se ve impulsado a huir a Londres para asumir sus propias pulsiones emotivas. Virginia, la frívola amiga de María, contrae un precipitado matrimonio con un empresario argentino vinculado a los negocios internacionales. Una tragedia familiar determina que todos confluyan en la casa paterna de María, un personaje tan corriente como excepcional que se constituye en el referente radical de las vidas de quienes la rodean, en el metro que las mide. Esta novela «excepcional» (Rafael Conte), «total, apasionada y apasionante» (Javier Goñi), «escrita con mano maestra» (Carlos Galán) obtuvo el Premio de la Crítica y consagró definitivamente a Álvaro Pombo como un maestro indiscutible de la literatura española contemporánea.
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RETRATOS (CM)

Truman Capote fue un maestro de las formas breves y un agudo observador y cronista de su época. Las semblanzas que reúne en este volumen son una buena muestra de ambas virtudes. Capote escribe –a veces con ternura, otras con perfidia, siempre con un estilo admirable– sobre figuras que han conformado nuestro imaginario colectivo, trazando una serie de magistrales retratos como el dedicado a las andanzas japonesas de Marlon Brando durante el rodaje de Sayonara; el ya mítico perfil de Marilyn Monroe; una bellísima rememoración en claroscuro de Tennessee Williams; una emotiva aproximación a Elizabeth Taylor; un acercamiento a «esa leyenda moderna» que fue Jane Bowles y otro al arte fotográfico de Cecil Beaton. Y son precisamente los retratos de otro fotógrafo, Richard Avedon, los que inspiran a Capote una serie de certeros perfiles, empezando por el del propio Avedon, y luego, pasando revista a un socarrón John Huston, un ambivalente Chaplin, una coqueta Coco Chanel, un moribundo Somerset Maugham, un errante Ezra Pound, una anciana y fascinante Isak Dinesen, una Mae West de carne y hueso, un Louis Armstrong captado desde la mirada infantil, un Gide que reflexiona sobre Cocteau, un Bogart retratado a través de sus palabras fetiche, un Picasso tan genial que podría provocar instintos asesinos y un Duchamp iconoclasta que bien podría ser su reverso.
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COMO DESAPARECER COMPLETAMENTE

Esta es la crónica de Matías Kovac, un joven de dieciséis años abúlico y marginado que necesita salir de sí mismo. La forma de hacerlo parecen esconderla los diarios que Cristian, su hermano, le lega cuando huye a Barcelona. Kurt Cobain, Nick Cave, Suede y Patti Smith forman, así, una especie de texto sagrado que Matías se empeña en descifrar. Publicada en 2004 después de la crisis económica argentina, parte de la descomposición social y el pesimismo generalizado de la época para dibujar lo frágil de las estructuras familiares y la facilidad de romperlas para siempre. El padre de Matías los abandonó motivado por los pastores evangelistas, su madre yace postrada en la cama noqueada por el efecto de los somníferos y su hermana, Carla, solo se deja ver con un pasamontañas que esconde su rostro, deformado en un intento de suicidio. Barcelona se convierte así en su Ítaca particular, la única vía de escape, que se abre definitivamente cuando cae en sus manos un paquete enorme de cocaína: empieza, entonces, el delirio cruento por el barrio suburbial, descuidado y fantasmal en el que vive. La guita lo lleva a Julián y este a los punkies, que hacen recitales, beben vino de tetrabrik y visten con medias de red corridas. La voluntad de fuga de Matías lo ata más a su drama familiar, pero en el transcurso de la novela se revelan, poco a poco, otras formas de habitar un mundo que parece que no deja de degradarse. «Yo sé que puedo ser distinto, no quiero morirme así», se dice una y otra vez a sí mismo. ¿Podrá desembocar toda esta oscuridad en algún lugar más soleado?
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