ÉL NO CREE EN LOS FINALES FELICES
Lo primero que hay que saber sobre Zac Anderson es que, para él, el amor es la peor enfermedad que existe. Lo segundo es que es un ligón empedernido que nunca se enamora y a cuya sonrisa encantadora solo se ha resistido una mujer. Y lo tercero, que es médico y está a punto de mudarse a Manhattan.
ELLA VIVE POR LOS «SÍ, QUIERO» DE LAS HISTORIAS DE AMOR
Grace Harris acaba de ascender a editora jefa y desde el primer día las catástrofes se suceden en el trabajo de sus sueños. Cuando menos se lo espera, la solución al incendio editorial que debe apagar se materializa en Zac Anderson. Él estará dispuesto a ayudarla si ella le acompaña a llevar su coche desde California a Nueva York. Grace siempre ha querido vivir una comedia romántica, pero sabe que el creído de Zac nunca sería el protagonista de la suya. Por eso acepta el trato.
Son demasiado incompatibles para fijarse el uno en el otro, pero un viaje por carretera a través de la Ruta 66 podría demostrarles que están equivocados. Y es que quizá para que los polos opuestos se atraigan solo se necesitan 3.000 millas de distancia.
En esta brillante secuela de El cuento de la criada, la aclamada autora Margaret Atwood responde a las preguntas que han cautivado a los lectores durante décadas.
Novela ganadora del Man Booker Prize 2019
Subo y penetro en la oscuridad del interior; o en la luz.»
Cuando las puertas de la furgoneta se cerraron de golpe tras Offred al final de El cuento de la criada, los lectores no tenían forma de saber cuál iba a ser su futuro: la libertad, la prisión o la muerte.
Con la publicación de Los testamentos, la espera ha terminado.
En 1986, en medio del cortejo de diez mil personas que despidió a Simone de Beauvoir, la historiadora Élisabeth Badinter estalló en llanto gritándoles a las mujeres de la multitud: "¡Le deben todo!". La frase fue repitiéndose, cantándose en diferentes lenguas, renovando los sollozos. ¿Se puede esperar un efecto similar entre las jóvenes que lean hoy El segundo s...
En 1986, en medio del cortejo de diez mil personas que despidió a Simone de Beauvoir, la historiadora Élisabeth Badinter estalló en llanto gritándoles a las mujeres de la multitud: "¡Le deben todo!". La frase fue repitiéndose, cantándose en diferentes lenguas, renovando los sollozos. ¿Se puede esperar un efecto similar entre las jóvenes que lean hoy El segundo sexo? Aparecido por primera vez en mayo de 1949, terminó por convertirse en el Libro Rojo de la nueva feminidad, dando la buena noticia de que ser mujer no es una esencia ni un destino. A casi setenta años de su publicación, El segundo sexo es una obra de lectura obligatoria para hombres y mujeres. Esta nueva edición, con el prólogo que escribió María Moreno en 1999, demuestra que aún queda mucho por hacer y que la voz de Simone de Beauvoir sigue más vigente que nunca.