En un lenguaje coloquial y sencillo, característico del tono familiar que empleaban los actores de comedia, las fábulas del esclavo tracio Fedro (15 a.C.-55 d.C.) introdujeron en Roma el género difundido previamente con gran popularidad bajo el nombre del griego Esopo. En estas breves narraciones, el autor se aplica a la sátira social y critica ciertos comportamientos y situaciones injustas: en ellas intervienen hombres y animales que, (según la convención del género, hablan y relatan sus aventuras) a menudo en episodios teñidos de frescura y jovialidad, pero la moraleja final sirve para recordar al lector que en relato subyace un propósito serio y didáctico. El presente volumen recoge el centenar largo de fábulas que la tradición y la moderna filología atribuyen al autor.
Ghachar Ghochar es una parábola moderna sobre el capitalismo, un relato con tintes clásicos sobre la riqueza y la ruina moral.
¿Que pasa cuando, despues de una vida en la miseria, irrumpe la opulencia? Acostumbrados a vivir en una choza oscura infestada de hormigas, el narrador, su mujer, sus padres y su tío, Chikkappa, se mudan a una casa de dos pisos en un barrio de clase media alta. El exito de la empresa regentada por el tío les salva de la pobreza, pero ha acabado con los viejos días en que toda la familia desfilaba unida como un solo cuerpo por la cuerda floja de sus circunstancias. Las grietas empiezan a acechar los vínculos familiares y la tensión reina en la casa. Cuando un día alguien llama a la puerta dispuesto a dinamitar ese frágil equilibrio, irrumpirá la violencia.
"Ghachar ghochar" es una expresión que denota algo irremediablemente enredado, una complicación irresoluble. Vivek Shanbhag inventó estas palabras para dar título a una inolvidable parábola moderna sobre el capitalismo, un relato, con tintes clásicos, sobre la riqueza y la ruina moral.
Atravesada por la memoria olfativa y bañada por la luz de Asturias, El verano que volvimos a Alegranza es una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias.
Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la muerte de su tía Valentina en circunstancias dramáticas. En busca de respuestas a la crisis existencial en la que se halla inmersa, decide pasar un verano en Alegranza -la casa de indianos que construyó su abuelo Tomás en el pueblo asturiano de Colunga- y aceptar el reto de Jean-Luc Peltier, un prestigioso perfumista al que ha entrevistado: elaborar un perfume que la ayude a definirse a sí misma. Mientras bucea en sus recuerdos de infancia, impregnados de rosa silvestre, hortensia o madreselva, Leandra irá desvelando las distintas capas de secretos que, como los ingredientes de una fragancia, componen la historia de su familia.
En La naturaleza de la bestia, la undécima entrega de la popular y aclamada serie dedicada a Armand Gamache, el ex inspector jefe de homicidios de la Sûreté du Québec debe abandonar su tranquila vida de jubilado en Three Pines para investigar la desaparición de un niño. El caso destapa una serie de sucesos que conducen a un asesinato y que, a su vez, nos guían hasta un antiguo crimen: a lo mejor el monstruo que hace veinticinco años llegó a Three Pines y sembró la desgracia entre la población ha regresado.
Con su maestría habitual, Penny aborda el lado más oscuro de la naturaleza humana a través del inexorable dilema moral que supone creer o no creer las fantasías del chico Laurent Lepage, a sabiendas de que la maldad anida incluso en los lugares más inesperados.
El libro que se cuenta enMaricón perdido
«Bob Pop es nuestra Fran Lebowitz»
Laura Barrachina,El Ojo Crítico
«Una novela que interesará mucho a todos aquellos lectores que, como el propio autor, se han cansado de ser clientes.»
Marta Sanz
Mateo no tiene su mejor noche. «¿Cómo soy? Cliente. Joven (treinta y cuatro). Gordo. Guapo. Rico. Homosexual. Alcohólico (ni drogadicto ni un genio, Truman). Inseguro. Paranoico. Nervioso. Risueño. Y educado». Volviendo a casa muy tarde, tras una cena y bastante alcohol, no consigue encontrar taxi y decide parar en una sauna. Descansar un rato, quizá encontrar un poco de compañía, despejarse, no volver a casa solo y desolado. Pero hay días que no acaban nunca, y noches en las que un cliente manso puede verse obligado a cambiar de piel.
Mansos, publicada originalmente en 2010, es la primera novela de un entonces desconocido Roberto Enríquez al que ahora leemos, seguimos y escuchamos como Bob Pop.
Los diarios de Stefan Zweig comprenden cerca de treinta años de la vida del escritor, y por su espontaneidad son un documento irremplazable, además de un gran contrapunto a su autobiografía El mundo de ayer. Las páginas de este volumen, a menudo dictadas por la urgencia del momento pero tan lúcidas como sus textos más elaborados, nos descubren el día a día del escritor en Viena, París, Zúrich o Berna—donde cultivó la amistad de otros intelectuales, como Émile Verhaeren, Romain Rolland y Rainer Maria Rilke—, o la fascinación que le produjeron dos ciudades americanas como Nueva York y Río de Janeiro. Pero tambien nos revelan el íntimo horror que supuso para Zweig la Gran Guerra y, dos decadas despues, la deriva totalitaria y antisemita del continente y el ascenso del nazismo, que lo empujaron a buscar desesperadamente un refugio lejos del descorazonador hundimiento de Europa. Estos diarios nos brindan una vez más la voz del gran cronista del mundo de ayer, que en muchos momentos parece seguir revelándonos el de hoy y tal vez incluso el del mañana.