Una edición crítica, con un estudio introductorio de la mano de David Becerra, que presenta la figura de un poeta comprometido con la política y con el arte de su tiempo y que es una de las cumbres de la poesía en lengua española del siglo XX.
A ella se le encarga trabajar como «puente»: vivir con, ayudar y supervisar al expatriado conocido como «1847» o comandante Graham Gore. En lo que respecta a la historia, el comandante Gore murió en la condenada expedición de Sir John Franklin al Ártico en 1845, por lo que está un poco desorientado al vivir con una mujer soltera que muestra regularmente sus pantorrillas, rodeado de conceptos extravagantes como «lavadora», «Spotify» o «el colapso del Imperio Británico». Pero con un apetito por descubrir, un hábito de fumar siete cigarrillos al día y el apoyo de un encantador y caótico elenco de compañeros expatriados, pronto se adapta.
Pero lo que el puente pensó que sería, en el mejor de los casos, una complicada e incómoda dinámica de compañeros de piso, evoluciona hacia algo mucho más profundo.
En la pequeña y remota localidad neozelandesa de Manapouri, frente a un lago, se encuentra la librería de Ruth Shaw, que en realidad son dos, y pequeñitas, pintadas de un arcoíris de vivos colores y rodeadas de plantas, curiosidades y alguna que otra mascota muy particular.
En esta original narración en primera persona, esta librera única nos cuenta historias de las personas que visitan las librerías, nos habla de algunas de sus obras preferidas y comparte anécdotas de su excepcional y azarosa vida. Es un relato marcado por su gran sentido del humor, pero también por las dificultades a las que se ha enfrentado, así como por la resiliencia que ha demostrado, todo coronado con un final feliz de la mano del amor.