«Había una vez una prostituta llamada María...» así, comienza la novela que conmovió al mundo. Once minutos es una obra de realismo social y crítico a través del erotismo y el sexo. Reclama la importancia de no negar los instintos que surgen del lado oscuro del deseo. Es la reivindicación de la sexualidad femenina y la exploración del miedo a la entrega total más allá de tus propias barreras. Porque el mundo gira alrededor de algo que dura solamente once minutos.
Santiago, un joven pastor abandona un día su rebaño para ir en pos de una quimera. Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspiración para que pueda realizar su sueño. Una novela sobre el descubrimiento.
Auster comenzó a escribir La invención de la soledad cuando murió su padre repentinamente. Este es un homenaje a la figura paterna, una reflexión sobre su influencia, sobre el papel de hijo y sobre su propia paternidad. Consta de dos textos: en «Retrato de un hombre invisible», Auster analiza un hecho misterioso del pasado familiar y las consecuencias en el carácter del padre; sobre «El libro de la memoria», Enrique Vila-Matas escribió que es «un bello texto que contiene el germen de toda la obra austeriana». La invención de la soledad es un libro autobiográfico en el mismo tono que su último y exitoso libro Diario de invierno.
Raskólnikov es un joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios y que malvive en una buhardilla de San Petersburgo. A pesar de su pobreza, es apuesto y elegante y de una gran inteligencia. Desde el principio de la novela acaricia el plan de robar y matar a una prestamista, una anciana ciertamente desalmada y mezquina. Originalmente titulada Los borrachos, con el propósito de desarrollar el tema del alcoholismo en la familia, Crimen y castigo ?que aquí ofrecemos en una nueva traducción de Fernando Otero Macías fue escrita por Dostoievski en una época de deudas y penurias muy particular. Hoy es, incuestionablemente, su obra más conocida.
1907. León, Nicaragua. Durante un homenaje que le rinde su ciudad natal, Rubén Darío escribe en el abanico de una niña de nueve años uno de sus más hermosos poemas: «Margarita, está linda la mar...».
1956. En un café de León, una tertulia se reúne desde hace años, dedicada, entre otras cosas, a la rigurosa reconstrucción de la leyenda del poeta. Pero también a conspirar. Anastasio Somoza visita la ciudad, en compañía de su esposa, doña Salvadorita. Estáprevisto un banquete de pompa y boato. Habrá un atentado contra la vida del tirano, y aquella niña del abanico, medio siglo más tarde, no será ajena a los hechos.