Tras la repentina muerte de Julián Riglos, Laura Escalante se convierte en una viuda culta, bella y rica. La joven despierta admiración y deseo entre los caballeros de la alta sociedad porteña, que ven en su reciente soledad una oportunidad para intentar seducirla.
Corre el año 1879 y Buenos Aires vive momentos de gran convulsión política. Mientras aspira a la presidencia de la Nación, Julio Argentino Roca prepara la campaña al desierto para apropiarse de las tierras de los indios. Nada parece ser un obstáculo cuando se trata de lograr sus objetivos, y conseguir el amor de Laura es uno de ellos. Su virilidad y su determinación no la dejan indiferente. Sin embargo, ni el asedio de Roca ni el recuerdo de su marido logran que olvide a su gran amor perdido en el sur de Córdoba.
Por su parte, y tras seis años de ausencia, Nahueltruz Guor vuelve a su tierra con sed de venganza y de reparación. El reencuentro con Laura será inevitable y trastornará sus vidas como jamás lo habrían imaginado.
George Smiley, que es un hombre con problemas y con compasión infinita, es también un decidido e implacable adversario como espía.
La escena en la que entra es un paisaje de Guerra Fría, de topos y faroleros, de cazadores de cabelleras y artistas callejeros, donde los hombres son cambiados, quemados y comprados. La misión de Smiley es atrapar al topo del Centro de Moscú, infiltrado desde hace treinta años en el mismísimo Circus.
Al comienzo, Jonathan Pine es simplemente el director nocturno de un lujoso hotel. Pero, cuando un intento de pasar información acerca de un hombre de negocios internacionales con tratos sospechosos alojado en el establecimiento se vuelve en su contra de una manera terrible y empiezan a morir personas cercanas a Pine, él se compromete a luchar contra unas fuerzas tan poderosas que no podría ni imaginar.
En un relato escalofriante sobre corruptas agencias de inteligencia, sumas millonarias y la verdad tras el brutal comercio de armas, John le Carré crea un mundo claustrofóbico en el que no se puede confiar en nadie.