En el corazón de Yeonnam-dong, un vibrante barrio de Seúl, entre cafés vanguardistas y tiendas exclusivas, una pequeña lavandería ofrece algo que no tiene precio: entre luces cálidas, libros y el reconfortante aroma a café y ropa recién lavada, los vecinos encuentran un rincón de calma en medio del bullicio, un refugio en el centro de la ciudad a cualquier hora del día.
Una mañana, un cliente olvida allí un cuaderno y sus páginas empiezan a llenarse de confesiones, miedos y sueños anónimos. Desconocidos que antes solo se cruzaban en silencio comienzan a entrelazar sus vidas a través de las palabras, compartiendo apoyo y consuelo. Pero un día, el diario revela un relato más oscuro. Ahora, los habituales de la lavandería deberán desentrañar el misterio para proteger la armonía de la comunidad que, sin darse cuenta, han construido juntos.
Víctor y Sara una vez creyeron tenerlo todo. Se amaron con una intensidad que pocas veces se repite en la vida, pero también se hicieron daño. Su historia terminó en un divorcio que los dejó rotos, obligándolos a reconstruirse el uno sin el otro.
Ahora intentan seguir adelante, recogiendo los pedazos de lo que fueron y adaptándose a un presente donde ya no son «nosotros», sino dos extraños con un pasado compartido. Pero, cuando sus caminos se cruzan de nuevo, los sentimientos enterrados vuelven a salir a la superficie. La nostalgia se mezcla con el dolor, el deseo choca contra el miedo y el amor se viste de resentimiento.
¿Se puede amar y odiar a alguien a la vez? ¿Puede el amor transformarse y sobrevivir al tiempo? ¿Existen las segundas oportunidades… o algunas historias simplemente están destinadas a terminar?
Víctor lo tiene claro. Sara no tanto. Porque hay heridas que nunca se cierran, recuerdos que nunca se borran y sentimientos que nunca mueren del todo…
Cuando tenía diecisiete años, Alice pasó un verano en una casa en el lago con su abuela Nan. Fue allí donde tomó la foto de tres adolescentes sonrientes en una lancha motora amarilla, la imagen que le cambió la vida.
Ahora, como fotógrafa, se siente más cómoda dejando que otros brillen. Sin embargo, últimamente le apetece un cambio, así que idea un plan para Nan y para ella: otro verano en ese lugar mágico, Barry’s Bay.
Sin embargo, tan pronto como se instalan, su paz se ve interrumpida por el rugido de una conocida lancha amarilla, y el hombre que la conduce.
Charlie Florek tenía diecinueve años cuando Alice lo fotografió. Ahora ha crecido y es un sinvergüenza encantador, y los días soleados y las cálidas noches en el lago con él son un bálsamo para su alma. Pero cuando Alice levanta la vista y ve su penetrante mirada verde clavada directamente en ella, empieza a preocuparse…
Porque a ella se le da bien ver a la gente, pero nunca ha conocido a alguien que le devuelva la mirada.