«Llegó Cirro, el tiempo escampa».
Cantero es un joven desorientado y sin voluntad que no sabe qué hacer con su vida. Perdió a sus padres y ha sido expulsado de la casa de su tío, que se siente traicionado por él. Vive a la que salta y acaba a merced de Cirro Cobalto, un personaje que lo enreda de mala manera y lo mantendrá bajo sus órdenes con extrañas encomiendas. Otros dos misteriosos personajes, Denís y Lombardo, intervendrán en los acontecimientos que le llevarán a las más inesperadas situaciones, entre el riesgo y la irrealidad de lo que pudiera parecerse a una disparatada película.
El amo de la pista es una novela plena de ingenio e imaginación prodigiosa sobre la vulnerabilidad y la capacidad de manipulación de los seres humanos y la peligrosa fascinación de los mistificadores. Una fábula que puede inquietarnos, si pensamos en el mundo en el que estamos gobernados. En ella, Luis Mateo Díez se muestra de nuevo como uno de los creadores más originales de la literatura española actual.
Se reúnen en este volumen: El caldero de oro (1982), La orilla oscura (1985) y El centro del aire (1991). La primera es el relato de un tiempo mítico que reúne en sí el pasado y el presente, es la historia de quien regresa al pueblo de sus antepasados, abandonado y solitario, para encontrarse con un destino encerrado en su propia historia. La orilla oscura trata de la memoria y el sueño, el recuerdo y la evocación. El protagonista contempla cómo un viaje fluvial por la jungla sirve para que lo imaginario le lleve a esa otra orilla en la que la consciencia se convierte en un viaje hacia el propio origen. Por último, en El centro del aire dos hombres y una mujer, amigos de la niñez, descubren la posibilidad de que otra amiga no haya muerto en un accidente aéreo, como ellos creían, sino que se encuentre en algún lugar lejano, ocultando su verdadera personalidad.
Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphne du Maurier: Rebeca. Así comienzan los recuerdos de la segunda señora De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornualles. Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, la hermosa Rebeca, muerta pero nunca olvidada. Su habitación permanece intacta, sus vestidos listos para ser lucidos y su sirvienta, la siniestra señora Danvers, aún le profesa una devoción malsana.
Y con el espeluznante presentimiento de que algo maligno le está aprisionando el corazón, la joven comienza a investigar el verdadero destino de Rebeca: el oscuro secreto de Manderley.