La fama de la desapacible Kimberly Clark Weymouth, una pequeña ciudad eternamente aquejada por heladas ventiscas y mucha nieve, y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus, permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella. Pero ¿qué pasaría si, harto de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth permitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa? Bajo la exuberante prosa y la imaginación sin límites de Laura Fernández, se esconde una sólida historia sobre la maternidad, la creación y la renuncia, el arte como refugio y la soledad del incomprendido, en este cruce entre una novela de Roald Dahl para adultos y unalocado y digresivo T.C. Boyle que hubiera leído más de la cuenta a Joy Williams. La señora Potter no es exactamente Santa Claus pretende hacer saltar por los aires la sola idea de la existencia del relato, o del relato único de aquello que somos, porque si algo somos es una infinidad de posibilidades.
Erin Fancher tiene dieciséis años. Una mañana, al despertar, descubre que la piel se le está cayendo a pedazos. Pero ¿realmente la están devorando los gusanos? ¿O lo que le ocurre es un producto de su imaginación adolescente? En cualquier caso, tiene que ir al instituto y lidiar con los problemas típicos de su edad. Y nada parece fácil tampoco para su amiga Shirley Perenchio, la chica más popular de la clase; ni para Velma Ellis, la profesora solterona de Lengua; ni para Billy Servant, el empollón enamorado. Ambientada en la ciudad ficticia de Elron, en una época que recuerda los años noventa pero podría ser la nuestra, esta desopilante novela sobre la adolescencia y las dificultades de ser uno mismo abunda en referencias pop, personajes inolvidables y vivas parodias del mundo moderno.
Con veintiocho años, pero aún instalada en casa de sus padres, Wendolin Kramer adora los cómics, se cree Súper Chica y, desde un despacho improvisado en su cuarto, fantasea con convertirse en detective privado por las calles de una Barcelona fantasmal. Todo cambia cuando llama a su puerta un caso real, que, sin embargo, no le queda muy claro. ¿Por qué le piden que averigüe dónde se encuentra un día preciso el escritor Francis Dómino? ¿Y qué relación existe entre él y la autora superventas Vendolin Woolfin? Parodia de novela negra, con innumerables referencias a la cultura pop, esta historia no solo ha consagrado a Laura Fernández como una de las voces más originales de nuestras letras, sino que sigue fascinando con sus personajes impredecibles, sus diálogos desternillantes y su inagotable imaginación narrativa.