No te imaginas cómo era. Para nosotras, me refiero. Para las mujeres, las esposas.» Tricia es una joven recién casada con un prometedor abogado que trabaja para la Armada estadounidense. Charlene es una entregada ama de casa con tres hijos, tan guapa como intimidante. En el Saigón de 1963, las dos forjan una frágil alianza mientras tratan de compaginar los roles que les han asignado con sus propios deseos y convicciones. Varias décadas después, la hija de Charlene retoma el contacto con Tricia y juntas rememoran esa época crucial de sus vidas: las ansias de maternidad de Tricia y los esfuerzos de Charlene para mejorar las condiciones de los orfanatos en Saigón.
En 2018, la escritora y poeta estadounidense Maggie Smith, casada y madre de dos hijos, descubre que su marido tiene una relación con otra mujer. En cuestión de días, la realidad que había construido durante más de veinte años se derrumba y da paso a un dolor que convertirá, a través de la escritura, en un renovado compromiso consigo misma.
A base de pequeñas viñetas, pieza a pieza, Smith traza una reflexión llena de empatía y humor sobre la desintegración de un matrimonio que es también un ajuste de cuentas con la feminidad contemporánea, los roles tradicionales de género y las dinámicas de poder que persisten incluso en las parejas más modernas. Página a página, estos fragmentos terminan erigiéndose en un interrogatorio a la familia, el trabajo y el amor.
Estampas poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como él mismo dice, «la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático». Esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se asociarán para siempre en la mente del lector con el nombre de Venecia.
La conversación es un arte efímero y privado; quizá el más selecto de todos, ya que son muy pocos los elegidos que tienen la fortuna de escuchar y participar en cualquiera de sus mejores representaciones. Casi todos los que tuvieron el privilegio de conocer a Oscar Wilde coinciden en que era un conversador incomparable. Un aspecto esencial de su lúcida y amena conversación se preserva en los incontables e ingeniosos epigramas que brillan a lo largo de toda su obra; su secreto consiste en que, siendo al mismo tiempo ciertos y falsos, siempre amplían nuestra visión de la vida.
Desde su publicación en Bogotá (1867) las ediciones de "María" se han multiplicado a lo largo de los siglos XIX y XX. Esencialmente romántica, tiene, sin embargo, elementos realistas y costumbristas que evidencian el interés de su autor por el habla popular. Junto a claras reminiscencias literarias aparecen algunos datos biográficos que han dado lugar a frecuentes polémicas sobre su supuesto carácter autobiográfico.
Todo lo que Annis sabe lo aprendió de su madre: a luchar, a ser fuerte, a crecer en un mundo sumido en la oscuridad. También fue ella quien le contó que su abuela era una guerrera africana que llegó a América como esclava y que el hombre blanco al que ambas llaman «amo» fue quien la engendró: el mismo amo cruel que vendió a su madre a unos hombres del sur.
A Annis le aguarda ahora idéntico destino. Encadenada a una hilera de hombres y mujeres, recorre a pie los hermosos e implacables paisajes del sur de Estados Unidos: desde los campos de arroz de las Carolinas hasta una imponente plantación de azúcar en Luisiana, pasando por los mercados de esclavos de Nueva Orleans. Durante este viaje inhumano, la joven conocerá un mundo repleto de mitos y de espíritus, unos decididos a protegerla y otros dispuestos a traicionarla.