Edgar Freemantle pierde el brazo en un terrible accidente que también le retuerce la mente y la memoria para dejarle lleno de rabia, y solo rabia, cuando empieza el proceso de recuperación. Su matrimonio, que le dio dos hijas maravillosas, se ha roto y Edgar quisiera no haber sobrevivido a las graves heridas que le produjo el accidente. Quiere huir. Su psicólogo, el doctor Kamen, le propone que empiece una nueva vida. Edgar alquila una casa en Duma Ker, un terreno de la costa de Florida. Allí comienza a dibujar. En la playa entabla amistad con Wireman, otro hombre a quien le cuesta hablar de sus heridas, y con la anciana Elizabeth Eastlake. Entonces descubre en sí mismo un talento artístico extraordinariamente peligroso. Muchos de sus cuadros contienen un poder que ni él sabe controlar. A medida que van descubriendo los fantasmas de la infancia de Elizabeth, el poder destructivo de los cuadros se convierte en algo realmente devastador.
Bestiario es el primer libro de relatos que Julio Cortázar publica con su auténtico nombre. Pero no hay en estas ocho obras maestras ni el menor balbuceo ni resacas juveniles. Estos cuentos, que hablan de objetos y hechos cotidianos, pasan a la dimensión de la pesadilla o de la revelación de un modo natural e imperceptible. Sorpresa o incomodidad son, en cada texto, un condimento que se agrega al placer indescriptible de su lectura. Sus relatos nos desazonan porque poseen una característica muy rara en la literatura: se nos quedan mirando, como si esperaran algo de nosotros.
Berkeley, California, otoño de 1980. En la cima de su carrera y después de años de negativas, Julio Cortázar acepta dar un curso universitario de dos meses en Estados Unidos. Las clases tratan de gran diversidad de temas: la musicalidad, el humor, el erotismo, la imaginación, el realismo, la literatura social, las trampas del lenguaje... y llegan a su punto de máximo interés cuando Cortázar analiza su obra: cómo nacieron los cronopios y sus insuperables cuentos; el sentido de Rayuela y su proceso de escritura; el desafío de Libro de Manuel. En esta minuciosa y fiel transcripción de trece horas de grabaciones aparece, junto al Cortázar cercano, inmensamente culto, honesto e imaginativo, ese otro que nos quedaba por conocer: el profesor que entra en el aula y sonríe.
No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña, cuando crecía en la cocina con Nacha y se le negaba toda posibilidad de vida propia desde su nacimiento. Pero también aprendió que los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, sino todo el amor con que seas capaz de hacerlo. Sus platos no sólo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tristeza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba. A través de esta alegoría que vincula con maestría los sentimientos y los elementos culinarios, asentada en la tradición del realismo mágico y en la recreación de la cultura mexicana, Laura Esquivel se convirtió en una de las escritoras más importantes de la narrativa en español.
En este volumen, los lectores y lectoras encontrarán todas las colecciones de cuentos de Cortázar publicadas entre 1945 y 1966 y, como novedad, aquellos relatos aparecidos póstumamente en Papeles inesperados (2009) que por título o fecha pudieron pertenecer a ellas: La otra orilla, Bestiario, Las armas secretas, Final del juego, Historias de cronopios y de famas y Todos los fuegos del fuego conforman este primer volumen de los cuentos completos cortazarianos.
«Casi siempre la máxima expresión de la felicidad o de la desgracia es el silencio.»Como el drama, el relato corto se ajusta al proyecto literario de Chéjov: «No he adquirido una perspectiva política, ni filosófica, ni religiosa sobre la vida... Tengo que limitarme a las descripciones de cómo mis personajes aman, se casan, tienen hijos, hablan y se mueren». El genio de Chéjov estalla en esas pinceladas, retazos de vida crepusculares, pesimistas, a veces irónicos y siempre lúcidos, reflejo de una realidad que comienza a disolverse envuelta en su mediocridad y falta de aliento.El Premio Pulitzer 1996 Richard Ford ha desempeñado, paralelamente a su trayectoria como narrador, la monumental tarea de editar la obra de Antón Chéjov. El presente volumen toma como referencia su trabajo y ofrece al lector hispanoparlante una antología de los mejores cuentos del escritor ruso, formidablemente vertidos a nuestra lengua.