La segunda parte de Forjadora de Espadas.
Después de derrotar a la terrible comandante Kymora, Ziva se ve obligada a emprender una carrera vertiginosa junto con sus compañeros para encontrar un sanador mágico capaz de salvar la vida de su hermana, herida durante la batalla contra Kymora.
Sin embargo, pronto Ziva y Kellyn son capturados por un príncipe ambicioso que obliga a la herrera a fabricar armas mágicas con las que pretende dominar el mundo.
La fragua siempre ha sido el espacio seguro de Ziva, un lugar para evitar la sociedad y la ansiedad que le causa, pero ahora es su prisión, y no está segura de cuánto de sí misma tendrá que sacrificar para rescatar a Kellyn y salvar a su hermana.
Mafalda es, junto a sus amigos Felipe, Susanita, Manolito, Miguelito y Libertad, un símbolo de nuestra sociedad. Una niña inconformista, solidaria y sensible que nació en 1964, como decía Quino, como "una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo". Desde el principio dio muestras de un gran espíritu crítico, y ya en sus primeras viñetas le construía un diván a su muñeca para psicoanalizarla. Hoy Mafalda sigue invitándonos a pensar, a huir del prejuicio, a amar y a soñar con un mundo mejor, y seguimos acudiendo a ella para conseguir entendernos a nosotros mismos y al loco mundo en que vivimos.
Mafalda es, junto a sus amigos Felipe, Susanita, Manolito, Miguelito y Libertad, un símbolo de nuestra sociedad. Una niña inconformista, solidaria y sensible que nació en 1964, como decía Quino, como "una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo". Desde el principio dio muestras de un gran espíritu crítico, y ya en sus primeras viñetas le construía un diván a su muñeca para psicoanalizarla. Hoy Mafalda sigue invitándonos a pensar, a huir del prejuicio, a amar y a soñar con un mundo mejor, y seguimos acudiendo a ella para conseguir entendernos a nosotros mismos y al loco mundo en que vivimos.