Danielle Steel nos regala un nuevo relato mágico en el cual nos recuerda que, a veces, los cuentos de hadas se hacen realidad.
Nº 1 delNew York Times
Christophe y Joy eran una pareja profundamente enamorada cuando convirtieron su suntuosa propiedad en California en una pequeña bodega de prestigio. En ese entorno de ensueño criaron a Camille, su única hija, que no tardará en regresar tras terminar los estudios para ayudar con el negocio familiar.
Pero cuando la enfermedad se lleva a su madre y su padre cree recuperar la felicidad con una nueva compañera, Camille queda a la merced de su madrasta y comprende que su lugar en la familia está en peligro.
La aparición en escena de una peculiar hada madrina y la ayuda inesperada de un vecino con aspecto de príncipe quizá le permitan recuperar su paraíso perdido y defender su legado.
Hemos partido en esta selección de cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm —más conocidos por su nombre conjunto de «Hermanos Grimm»— de la traducción histórica que realizó José Sánchez Biedma para la que fue la primera publicación de estos cuentos traducidos al castellano desde su original en alemán, que la casa Gaspar y Roig de Madrid publicó en 1867 con una selección de 46 de los ya muy famosos cuentos bajo el título Cuentos escogidos de los Hermanos Grimm.
Esta edición recupera la recopilación que el propio Hemingway hiciera de todos sus cuentos en 1938, conocida como Los cuarenta y nueve primeros cuentos, donde se encuentran relatos tan magistrales como «Los asesinos», «Las nieves del Kilimanjaro» o «Padres e hijos».
El mundo estético y moral de Hemingway se encuentra aquí destilado, seco, sobrio, cegador, latente. La caza, la pesca, el boxeo, la guerra, el alcohol, el deseo o la derrota son algunos de los materiales con que se construye esta obra cuyo aliento perdura con un vigor insospechado.
Casi siempre ignorado por sus contemporáneos, el genio atormentado de Edgar Allan Poe no tardó en ser reconocido tras su muerte por autores de la talla de Baudelaire, Dostoievski, Jules Verne o Mallarmé. En la actualidad, sus cuentos son considerados como perfectas obras pioneras del terror psicológico y también de otros géneros como la narración detectivesca o la ciencia ficción. Además de recopilar todos sus relatos breves, este volumen se abre con una completa introducción al universo tenebroso y oscuro de Poe, y presenta la célebre traducción de otro maestro del cuento: Julio Cortázar.
Gabriel García Márquez siempre recordaba cómo su abuela le transmitió la pasión por las historias contándole cuentos cuando era pequeño y vivía con ella. Estos seis relatos, unidos por la presencia, a veces oculta, de un niño, contienen todo el imaginario del gran autor colombiano.
Una mujer y su hija llegan a un pueblo desierto para velar a un familiar difunto sin interrumpir la siesta de los habitantes. Un hombre con unas enormes alas de pájaro se precipita desde el cielo, sembrando el asombro entre el vecindario. Dos niños consiguen inundar de luz la ciudad de Madrid. Y en Barcelona, una prostituta que va entrando en la vejez adiestra a su perro para llorar ante la tumba que ha escogido para sí misma.
Estas conmovedoras historias están acompañadas por la obra de la pintora Carme Solé Vendrell, premio Nacional de Ilustración, que tiene el honor de ser la única persona que dio vida a los cuentos de García Márquez con el permiso del autor. Fieles a la magia de su prosa, las imágenes iluminan las delicadas reflexiones sobre la infancia que trazó el premio Nobel en estos relatos que tanto pequeños como mayores recordarán para siempre.
En 1697, a la edad de sesenta y nueve años, Perrault publicó Historias o cuentos de tiempos pasados, con moralejas (Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités). Los personajes que emplea son hadas, ogros, animales que hablan, brujas, princesas y príncipes encantados, entre otros. Esta colección incluía cuentos como Cenicienta, La Bella Durmiente y Caperucita Roja. Aunque muchos de estos cuentos ya existían, la versión de Perrault los popularizó y les dio un enfoque literario distintivo. Una característica de los cuentos de hadas de Perrault es la inclusión de moralejas al final de cada historia, el autor incluye una enseñanza moral referente al contenido de cada historia, para destacar los valores de estos.