Aunque el cenit de la literatura polaca suele estar asociado a sus grandes autores románticos, ya en el siglo XVI Jan Kochanowski (1530-1584) había elevado al más alto nivel literario la lengua del país. Y es que, verdadero humanista y hombre del Renacimiento, Kochanowski desplegó a lo largo de toda su obra una abrumadora erudición filológica, filosófica e histórica que supo combinar perfectamente con una sutilísima expresividad artística. Entre toda su producción, los "Trenos" (1580), un delicado conjunto de elegías dedicado a su hija Úrsula, muerta con solo dos años y medio, brillan con especial intensidad, y es que no habrá en toda la literatura polaca otras voces o sensibilidades que puedan equipararse a su ingenio, calidad expresiva y maestría compositiva hasta que Adam Mickiewicz, ya en el XIX, haga su aparición.
En su isla natal sobre un océano verde esmeralda, la única vida que Trenza conoce es sencilla, marcada por el placer de coleccionar las tazas que traen los marineros de tierras lejanas y escuchar las historias que le cuenta su amigo Charlie. Pero cuando el padre de Charlie se lo lleva en barco para buscarle esposa y sucede una catástrofe, Trenza deberá colarse como polizona en un barco y partir en busca de la hechicera que habita en el mortífero mar de Medianoche. Sobre unos océanos de esporas repletos de piratas, ¿podrá Trenza abandonar su tranquila vida y crearse un lugar en un océano donde una sola gota puede significar la muerte instantánea?
Tres ataúdes blancos es un thriller en el que un tipo solitario y antisocial es forzado a suplantar la identidad del líder del partido político de la oposición y a vivir todo tipo de aventuras para acabar con el régimen totalitario de un país latinoamericano llamado Miranda, sospechosamente parecido a Colombia.
Desaforado, desquiciado, hilarante, el narrador-protagonista usa todas sus palabras para cuestionar, ridiculizar y destruir la realidad (y para reconstruirla desde cero, como nueva). Perseguido sin descanso por el régimen del terror que en Miranda todo lo controla y por los abyectos políticos de su propio bando, solo contra el mundo, el protagonista es finalmente alcanzado y cazado. Su enamorada sin embargo consigue huir milagrosamente, y con ella queda viva la esperanza del reencuentro y de un nuevo comienzo para la historia.
Tres ataúdes blancos es un texto abierto, polifónico, dispuesto para múltiples lecturas. Puede ser entendido como una sátira feroz de la política en América Latina, como una refinada reflexión acerca de la identidad individual y la suplantación, como una exploración de los límites de la amistad, como un ensayo sobre la fragilidad de lo real, como una historia de amor imposible. Envuelta en un envase de thriller fácil de abrir y de leer, llena de humor, esta novela propone sin duda un juego literario complejo y fascinante, que consagra indiscutiblemente a uno de los autores mayores de su generación en lengua española.