¿Pueden tres citas derribar las murallas de un corazón?
Clare lo tiene todo menos un corazón. Se lo rompieron de adolescente y, desde entonces, se ha dedicado a evadir las relaciones y así evitar que vuelvan a jugar con ella. Tiene líos de una noche y su lema es: No repetir.
Lucas es su opuesto: un romántico empedernido que salta de una relación formal a otra.
Son amigos, y se atraen. Deciden tener sexo. Pero Lucas le pide tres citas antes de acostarse esa única vez, como pretende Clare. Tres citas en las que él intentará derribar las murallas alrededor de su corazón.
Adriana Peña, técnica de sonido de Navacerrada, vive tan enamorada del famoso cantante estadounidense Deacon Black que incluso lleva tatuada una frase de una de sus canciones. Por eso, cuando le ofrecen trabajar en la gira asiática de Deacon, acepta emocionada. Aunque su relación es puramente laboral, una noche coinciden en el spa del hotel y hablan de todo menos de trabajo. Disimular estando a solas con su crush se le hace muy difícil, pero debe ser profesional, así que se calla sus sentimientos.
Tras una dolorosa ruptura, Deacon se sumerge en su gira mundial y no quiere saber nada de su ex. Al finalizar el tour, Adriana lo invita a pasar las fiestas en su hogar en Navacerrada. Deacon, que odia la Navidad, acepta sin saber que el espíritu navideño lo espera.
Entre 1960 y 1967, Charles Bukowski y Sheri Martinelli mantuvieron una relación epistolar tan tempestuosa como desenfrenada, un torrencial cruce de cartas caracterizado por su sinceridad absoluta y su feroz urgencia. Bukowski empezaba por entonces a disfrutar del reconocimiento que tanto le había costado alcanzar, y en estas misivas se refleja la mezcla de alegría y extrañeza con la que lo recibe. Sheri Martinelli, la inopinada confidente del autor, era también escritora, crítica, artista plástica, modelo de Vogue y editora.
Aunque hicieron planes para encontrarse, Bukowski y Martinelli no llegaron a conocerse en persona; sin embargo, la relación que se forja a lo largo del presente volumen es de una intensidad y una profundidad muy poco comunes. La esencia de la creación artística, la política en la convulsa época de la rivalidad entre Kennedy y Castro, el sexo en sus distintas vertientes, la perversión y la figura de Pound como vínculo entre ambos son algunos de los numerosos temas que abordan y desbrozan los dos escritores sin asomo de recato ni preocupación por el qué dirán. Esta correspondencia —trufada de exabruptos, tropiezos e incorrecciones, pero sobre todo de felices hallazgos instintivos— constituye un valioso documento para todo aquel que aspire a leer a Bukowski sin filtros, en estado puro.