Maryse Condé adopta la voz de la mística Tituba, la esclava negra que fue juzgada en los famosos procesos por brujería que tuvieron lugar en la ciudad de Salem a finales del siglo XVII. Producto de una violación a bordo de un barco negrero, Tituba fue iniciada en las artes mágicas por una curandera de la isla de Barbados. Incapaz de sustraerse a la influencia de los hombres de baja moral, será vendida a un pastor obsesionado por Satán y acabará recalando en la pequeña comunidad puritana de Salem, en Massachussets. Allí será juzgada y encarcelada, acusada de haber embrujado a las hijas de su amo. Maryse Condé la rehabilita, la arranca del olvido al que había sido condenada y, finalmente, la devuelve a su país natal en la época de los negros cimarrones y las primeras revueltas de esclavos.
A veinte años del exilio familiar de Japón a Estados Unidos, Nanae llama por teléfono a Minae para recordárselo, y así un torbellino de recuerdos y reflexiones envuelve a las hermanas tal como el temporal de nieve que arrecia en esa noche cercana a fin de año: las rígidas costumbres japonesas frente a las engañosas libertades norteamericanas; las dificultades para encontrar un lugar en el mundo; el conflicto con la lengua materna; los sacrificios que implica la creación; la soledad inherente a todo exilio y el dilema desgarrador de volver o no a la tierra natal. Con su prosa sobria, inteligente y a la vez íntima, Mizumura nos acerca a su mundo y al hacerlo nos ofrece un reflejo de las condiciones de nuestro presente, signado por el movimiento y la negación del pasado.
Eliza necesita dejar al enamoradizo de su padre en un hogar de ancianos y este se niega. Ambos toman entonces un tren al sur en busca de una media hermana escurridiza y del sueño del padre de pacificar a su desunida familia. En su peregrinar se encuentran con un grupo que viaja en la misma dirección a recuperar sus tierras ancestrales. Pronto se darán cuenta de que el pasado los une. Padre e hija se suman a esta alucinante misión, llena de personajes y situaciones inolvidables, que los llevará al límite de los deseos y las pasiones humanas.