Mientras un sofocante calor estival aletarga la ciudad japonesa de K, en la mansión de los Aosawa se celebra una gran fiesta de cumpleaños de varios de sus miembros, entre ellos el del cabeza de la familia, médico de reconocido prestigio y propietario de una importante clínica. La velada parece transcurrir con la normalidad de esas ocasiones, hasta que todo da un repentino vuelco cuando los asistentes empiezan a sentir mareos y convulsiones. En pocos minutos, diecisiete cuerpos, seis de ellos de niños, yacen en el suelo, presuntamente envenados con cianuro en las bebidas. La única superviviente es Hisako, la hija pequeña, y la única pista, un papel con un poema quizá dejado por el asesino.
Hisako, que perdió la vista tras un accidente, se halla entre los pocos testigos de la masacre, pero apenas recuerda nada: en su confuso interrogatorio sólo habla de una habitación azul, pequeña y en penumbra, y flores blancas. Unos meses más tarde, el joven que entregó el sake aparece muerto, con una nota en la que se declara culpable del crimen masivo. La investigación se cierra de forma abrupta, pero muchos están convencidos de que hubo otras personas implicadas.
La ateniense Altea, una de las más brillantes discípulas de Platón, no sabe que tiene a su peor enemigo en su propia casa, y que tanto ella como el bebé que espera se encuentran en peligro. Por su parte, su amigo y maestro Platón arriesga la vida para intentar hacer realidad su gran proyecto: un gobierno en el que impere la justicia en lugar de la corrupción, y donde la razón se imponga a la retórica vacía de los demagogos. Un gobierno ideal que traería la paz a los pueblos y en el que las mujeres podrían llegar a gobernar. Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.
La inspectora de policía Leonore Asker es brillante, tenaz y posee una inteligencia fuera de lo común. Es la mejor candidata para dirigir el Departamento de Delitos Violentos, pero cuando la hija de una familia adinerada de Suecia desaparece, sus superiores la apartan del caso y la trasladan a la Unidad de Casos Perdidos, una sección de la policía formada por compañeros de dudosa reputación. Humillada, en su nuevo puesto Leo se verá envuelta en la que parece ser una investigación trivial. Sin embargo, cuando encuentran una figura en miniatura idéntica a la de la joven desaparecida en una gran maqueta ferroviaria, Asker comprende que se enfrenta a un asesino y que solo hay una persona que puede ayudarla a encontrarlo: su amigo de la infancia Martin Hill, profesor de arquitectura y experto en exploración urbana.