Junto con Esquilo y Sófocles, los otros dos grandes trágicos de la Grecia clásica, Eurípides (484-407 a.C.) contribuyó a elevar el género teatral hasta las más altas cimas de la perfección estética y a plantear los conflictos morales más permanentes y profundos de la condición humana. De las noventa y dos piezas atribuidas a su genio, sólo diecinueve han llegado hasta nosotros. Las tres tragedias agrupadas en este volumen -"Alcestis", "Medea", "Hipólito"- cuentan entre las más significativas y reputadas de su obra. Traducción e introducción Antonio Guzmán Guerra
—¿Qué crees que está protegiendo ese cerebro que tienes? La guerra ha acabado. Holdfast está muerto. La Llama Eterna se ha acabado. No queda nadie a quien salvar.
Aunque en el pasado era una alquimista con futuro, Helena Marino es ahora una prisionera, de guerra y de su propia mente. Sus amigos y aliados de la Resistencia han sido brutalmente asesinados, sus habilidades, reprimidas, y el mundo que conocía, destrozado.
Tras una larga guerra, la nueva clase dirigente de Paladia, familias corruptas del gremio y nigromantes depravados, cuyos infames no muertos fueron clave para otorgarles la victoria, mantienen cautiva a Helena.
Según los registros de la Resistencia, era una sanadora insignificante de sus filas. Pero Helena sufre de una inexplicable pérdida de memoria que le ha hecho olvidar los meses previos a su cautiverio y que hace preguntarse a sus enemigos: ¿de verdad es tan insignificante como parece o su pérdida de memoria esconde alguna pieza clave sobre la última táctica de la Resistencia?
Para descubrir los recuerdos enterrados en el fondo de su mente, envían a Helena al Sumo Inquisidor, uno de los nigromantes más poderosos y despiadados de este nuevo mundo. Atrapada en su mansión derruida, la lucha de Helena (la de proteger su historia perdida y la de preservar los últimos jirones de su persona) apenas ha comenzado, pues su cárcel y carcelero esconden sus propios secretos… Secretos que Helena debe desvelar, cueste lo que cueste.
El mundo de Mistborn llega a la segunda era.
Han transcurrido trescientos años desde los acontecimientos de la Trilogía Original Mistborn. Kelsier y Vin han pasado a formar parte de la historia y la mitología, y el mundo de Scadrial se halla a las puertas de la modernidad.
Sin embargo, en las tierras fronterizas conocidas como los Áridos, las antiguas magias todavía son una herramienta crucial para quienes defienden el orden y la justicia.
Uno de esos vigilantes de la ley, Waxillium Ladrian, deberá regresar a la capital para retomar sus obligaciones como líder de una casa noble. Pero pronto descubrirá que la ciudad puede ser más peligrosa que las salvajes llanuras de los Áridos.