"La mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido totalmente diferente. No se vive más que una sola vida, pero, por la simpatía, a veces es posible salirse de la propia piel. Me siento solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr sus objetivos; pero eso no me impide, al contrario, interesarme por aquellas que, de un modo u otro, han fracasado y, en general, por esa parte de fracaso que hay en toda existencia."
SIMONE DE BEAUVOIR (1908-1986), escritora francesa, fue también inseparable compañera de Jean-Paul Sartre durante más de cincuenta años. Su obra abarca tres vertientes: la literaria (La invitada, Los mandarines), la ensayística (El segundo sexo) y la memorialística (Memorias de una joven formal, La plenitud de la vida, La fuerza de las cosas, Final de cuentas y, tras la muerte de Sartre, La ceremonia del adiós).
Traducción de Dolores Sierra y Néstor Sánchez
La extraordinaria historia de la mujer que escribió en la sombra algunas de las obras más importantes del siglo XX.
Por la autora de Mujeres que compran flores.
La fascinante aventura de una mujer silenciada por la historia oficial... hasta ahora.
Cuando a la directora teatral Noelia Cid le encargan estrenar Sortilegio, la obra perdida del reputado dramaturgo Gregorio Martínez Sierra, decide informarse sobre ella a traves de los documentos que conservó su mujer, María Lejárraga. Sin embargo, mediante su investigación Noelia no sólo se sumerge en la compleja relación amorosa entre María y Gregorio, sino que va a encontrarse con un misterio que lleva más de un siglo sin resolver.
Durante el verano de 1891, el joven doctor Shimamura es enviado a una expedición al remoto interior de Japón. Han llegado informes a Kioto que hablan de poblados perdidos en las montañas en los que ciertas mujeres han sido poseídas presuntamente por espíritus de zorros. Al principio, Shimamura se muestra escéptico, hasta que conoce a Kiyo, una «belleza floreciente» cuyos síntomas (aullidos, retorcimientos, y una forma zorruna deslizándose sinuosamente bajo su piel) se ajustan más al folclore que a cualquier diagnóstico recogido en los libros de texto. Sin embargo, al médico le sucede algo transformador: a partir de ese momento, sufre una fiebre crónica y las mujeres se sienten atraídas hacia él como polillas a la llama. Enviado a Europa por el gobierno japonés, armado con una carpeta de grabados pornográficos en caso de que necesite «jugar la carta oriental», Shimamura conocerá a los apóstoles de la psiquiatría moderna: Charcot, Tourette, Binet, Breuer, Freud. Y tratará de que la ciencia exorcice las preguntas persistentes planteadas por «la princesa zorro de Shimane».