Sir Charles Cartwright debería habérselo pensado dos veces antes de invitar a cenar a trece personas en su casa. Pues la velada concluye con uno de los invitados muerto tras haber ingerido un cóctel en el que no se encuentra ningún rastro de veneno.
Hasta el momento, nada que pueda sorprender al detective belga. Lo que sí resulta sorprendente para Poirot es que no haya ni un solo motivo que pueda explicar el asesinato.
Con Trafalgar y La corte de Carlos IV, Galdós emprendió uno de los proyectos más ambiciosos de la literatura escrita en español. Nadie ha repetido la proeza de convertir en ficción cerca de un siglo de nuestra historia (los años que van de 1805 a 1880) a través de cuarenta y seis novelas de corta extensión.
Escritos entre 1873 y 1912 y agrupados en cinco series, cada episodio es un relato autónomo, pero también es posible leer cada serie como una novela larga completa, cuyo nexo es la etapa allí reflejada en personajes históricos y ficticios, que viven los sucesos cuando se producen, entremezclados con sus experiencias cotidianas. La BCRAE presenta los dos primeros episodios, en los que domina, como en toda la Primera serie, la voz de Gabriel Araceli, casi un niño en el arranque de una acción rememorada en su vejez.
La presente edición analiza a fondo las características de la escritura galdosiana y atiende a las sucesivas fases de redacción de la novela, para establecer un texto seguro y autorizado, con una anotación adecuada a la inagotable riqueza verbal, imaginativa e historicista de los Episodios, más un estudio que da cuenta en su conjunto de este colosal e inigualado esfuerzo narrativo.
Tracy Flick es la esforzada subdirectora de un instituto público en una tranquila y pequeña ciudad de Nueva Jersey. A sus cuarenta años, lleva una vida apacible y, aunque su ambición es menor que en su juventud, cuando surge la oportunidad de convertirse en la próxima directora del centro, Tracy lo tiene claro: ha llegado el momento de demostrar lo que vale. Pero las cosas se complican al entrar a formar parte del comité de selección para el recién estrenado Salón de la Fama del instituto. El empeño de sus compañeros en homenajear a Vito Falcone, un mediocre quarterback de dudosa reputación, la sitúa en una posición comprometida.