En 1945, la comandancia soviética del campo de exprisioneros de Katowice, Polonia, pidió a Primo Levi y a Leonardo De Benedetti que redactaran un informe detallado sobre las condiciones sanitarias del campo de concentración de Auschwitz, en el que habían pasado casi un año recluidos. El resultado fue un texto extraordinario, de los primeros que se escribieron acerca de los campos de exterminio. Publicado en 1946 en la revista especializada Minerva Medica, es el punto de partida de toda la obra de Primo Levi como testigo, analista y escritor.
Levi jamás dejaría de hablar de su experiencia en Auschwitz en escritos de distinto tipo, muchos de los cuales nunca se habían publicado en forma de libro. Así fue Auschwitz es un mosaico de esos testimonios, de inestimable valor humano e histórico.
Asesinos sin rostro: El inspector Kurt Wallander atraviesa uno de los momentos más sombríos de su vida cuando tiene que ponerse al frente de una ardua investigación: el asesinato de un matrimonio de ancianos en una granja de Lenarp. El marido ha sido horriblemente torturado y la mujer agoniza poco a poco, con el tiempo de pronunciar antes de morir una sola palabra: «extranjero». Wallander y sus colegas deberán enfrentarse a una comunidad irascible, presa de insospechados prejuicios raciales. El inspector sabe muy bien que la pacífica apariencia de algunas personas oculta a veces un auténtico monstruo.
Lou, Reid, Coco y Ansel huyen no solo del aquelarre, sino también del reino y de la Iglesia. Son fugitivos y no tienen donde ocultarse.
Para sobrevivir, necesitan aliados. Y unos muy poderosos. Pero mientras Lou se preocupa cada vez más por salvar a sus seres queridos, se adentra en el lado oscuro de la magia. Y el precio a pagar podría ser la persona a la que más teme perder: Reid.
Ellos están unidos por un juramento y solo existe una cosa que puede separarlos: la muerte.