El 28 de Enero de 1908, una española de 17 años, sentada a lomos de un elefante lujosamente enjaezado, hace su entrada en una pequeña ciudad del norte I de la India. El pueblo entero está en la calle rindiendo un cálido homenaje a la nueva princesa de tez tan blanca como las nieves del Himalaya. Podría parecer un cuento de hadas, pero así fue la boda de la andaluza Anita Delgado con el riquísimo maharajá de Kapurthala. Y así empezó una gran historia de amor —y traición— que se desgranó durante casi dos décadas en el corazón de una India a punto de extinguirse. Tras realizar minuciosas investigaciones en Europa y en la India, Javier Moro —autor de El pie de jaípur, Las montañas de Buda y coautor de Era medianoche en Bhopal-revela con todo lujo de detalles los secretos de aquella relación que culmino con uno de los mayores escándalos ocurridos en la India inglesa. Y nos traslada al fabuloso mundo de los maharajás, con sus harenes de Las milj una noches, su bacanales eróticas, su pasión por las joyas, los palacios, el flamenco, los caballos los Rolls Royce y las cacerías de tigres.
El 28 enero de 1908, una española de 17 años, sentada a lomos de un elefante lujosamente enjaezado, hace su entrada en una pequeña ciudad del norte de la India. El pueblo entero está en la calle rindiendo un cálido homenaje a la nueva princesa de tez tan blanca como las nieves del Himalaya. Podría parecer un cuento de hadas, pero así fue la boda de la andaluza Anita Delgado con el riquísimo maharajá de Kapurthala. Y así empezó una gran historia de amor —y traición— que se desgranó durante casi dos décadas en el corazón de una India a punto de extinguirse.
Sir Stafford Nye vuela desde Malasia a Londres. Pero el viaje se ve alterado cuando una joven le confiesa que alguien intenta matarla. En un momento de debilidad, Sir Stafford le presta su pasaporte. Sin saberlo, el diplomático acaba de poner en riesgo su vida.
Cuando vuelve a encontrarse con la mujer misteriosa, ella es una persona distinta, y él se ve arrastrado a una batalla contra un enemigo invisible y verdaderamente peligroso.
Dos hermanos. Un oscuro secreto. Y el mayor imperio de perlas cultivadas en el Tahití colonial.
1890. Bastian y Hugo Fortuny parten a Tahití en busca de una oportunidad después de perder su trabajo como sopladores de vidrio en su Mallorca natal. Durante la travesía conocen a Laia Kane, la hija de un cónsul inglés corrupto en Menorca al que han desterrado a la isla de la Polinesia. Este encuentro marcará la vida de los hermanos Fortuny y de Laia para siempre.
1930. Denis Fortuny, el heredero del imperio de las perlas de lujo en Manacor, decide viajar a Tahití para averiguar el misterio que se oculta tras sus primeros años de vida.
Una historia épica de amor, superación, lazos familiares y secretos con el telón de fondo del Tahití colonial y el fascinante origen de las perlas cultivadas.
La importancia y sentido de" Pasaje a la India" , considerada de forma casi unánime la obra cumbre de su autor, no se reducen en modo alguno a la simple denuncia de los estragos causados por el imperialismo británico en el subcontinente indio, sino que E. M. Forster lleva a cabo en ella la transposición poética del enfrentamiento de dos mundos opuestos, Oriente y Occidente; de dos actitudes mentales, la intuitiva y la lógica; de dos principios reducidos a norma de conducta, la estética y el pragmatismo. Un conjunto de oposiciones aglutinado por la poesía y el humor y sobre el que planea, a lo largo de toda la novela, la imposibilidad de comunicación de dos seres unidos por la amistad o el amor.
Yannis Ritsos es uno de los grandes poetas griegos del siglo XX y una de las mejores voces de la poesía europea. Con una delicadeza excepcional, su lirismo se imbuye del pathos griego, y en sus versos, cargados de simbolismo, se hallan huellas del firme compromiso político fruto de sus años militando en el Partido Comunista. Violeta Gil, autora de Llego con tres heridas, nos ofrece en esta hermosa selección unos de los versos más emblemáticos del poeta heleno.
«Partiendo en dos la pena, igual que partían sobre la rodilla su pan de cebada».