Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata.
No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una.
Una mujer se reencuentra con un antiguo amante, pero entre ellos solo queda un profundo vacío. Otra siente que la soledad le aprieta el cuello una noche en Melilla. Una familia debe abandonar su casa de madrugada para no morir en un incendio. Un asesino contiene su perversidad el día de su cumpleaños. Un hombre imagina a su exmujer afrontando la cotidianidad sin él. Una pareja se enfrenta a una decisión que dinamitará su amor mientras una rata corretea por el portal de su casa. Dos vecinos conviven con la incomunicación y los prejuicios durante años.
En estos relatos, gran parte de ellos inéditos, Lara Moreno aborda con sutileza los ángulos escondidos de las relaciones humanas y los temibles silencios que con frecuencia las atraviesan.
Es 23 de abril, fecha de nacimiento de Shakespeare, y las gemelas Dora y Nora Chance, actrices y coristas de segunda fila, se disponen a celebrar sus setenta y cinco años. Suena el timbre: en una tarjeta blanca llega la invitación a la fiesta de su padre, el legendario actor Melchior Hazard, quien nunca ha reconocido a las hermanas como sus hijas y que ese mismo día cumple cien años. Así comienza Niñas sabias, la historia de dos mujeres libres y eternamente jóvenes que, nacidas en el lado equivocado de la ciudad, siempre se han sentido atraídas por el brillo del teatro y la farándula. Desde su insólita infancia y a lo largo de su estrambótica carrera, la vida de las gemelas es una sucesión de episodios grotescos: entre identidades equivocadas, novios prestados, rivalidades acérrimas y fiestas que culminan en incendios, el mundo de Dora y Nora, poblado por una legión de personajes improbables, es un lugar que no admite reglas y en el que reina la desvergüenza suprema.
La infancia a veces no es un lugar idílico al que regresar, sino una madriguera infestada de monstruos. Este poemario arranca con una niña perdida y termina con una vuelta a casa de los padres. A eso que otros llaman casa. En medio, ocurre la vida. Es decir, el paso del tiempo, el desengaño, la pérdida, el aprendizaje y la huida, con tal de buscar un lugar propio en el que subsistir. Hay cosas que solo pueden decirse a través de la poesía. La infantesa de vegades no és un lloc idíl·lic al qual retornar, sinó un cau tot ple de monstres. Aquesta col·lecció de poemes comença amb una nena perduda i acaba amb un retorn a casa els pares. A això que d'altres en diuen casa. En mig, passa la vida. És a dir, el temps, el desencís, la pèrdua, l'aprenentatge i la fugida per tal de buscar un espai propi en el qual sobreviure. Hi ha coses que només poden dir-se mitjançant la poesia.
Home alone with her young children during a blizzard, a mother tucks her son back into bed in the middle of the night. She hears a noise—old houses are always making some kind of noise. But this sound is disturbingly familiar: it’s the tread of footsteps, unusually heavy and slow, coming up the stairs.
She sees the figure of a man appear down the hallway, shrouded in the shadows. Terrified, she quietly wakes her children and hustles them into the oldest part of the house, a tiny, secret room concealed behind a wall. There they hide as the man searches for them, trying to tempt the children out with promises and scare the mother into surrender.
In the suffocating darkness, the mother struggles to remain calm, to plan. Should she search for a weapon or attempt escape? But then she catches another glimpse of him. That face. That voice. And at once she knows her situation is even more dire than she’d feared, because she knows exactly who he is—and what he wants.
They call it Blackchurch. A secluded mansion in a remote, undisclosed location where the wealthy and powerful send their misbehaving sons to cool off away from prying eyes.
Will Grayson has always been reckless, wild, and never been bound by a single rule other than to do exactly what he wanted. He learned long ago that being treated like an animal gives you permission to act like one. Back in high school, he might’ve enjoyed backing Emory into corners when no one was looking, but he could also be warm. And fierce in keeping her safe.
But the truth is, he has a right to hate her. Because it’s all her fault. Everything. Devil’s Night. The videos. The arrests. She’s to blame—and yet she regrets nothing.
He never expected one of his enemies to come straight to him. But now he knows she’s here somewhere. And as the security detail leaves and the door to the gilded cage opens, giving Will free reign of the house and grounds for another unsupervised month, he remembers with a smile…