En abril de 1657, tras ser encarcelado en varias ocasiones y merecer castigos cada vez más severos por parte del tribunal de la Inquisición, el fraile Diego La Matina pasó de la exasperación a la locura hasta, finalmente, asesinar al inquisidor del reino de Sicilia, Juan López de Cisneros. Sin embargo, el caso del hereje La Matina, envuelto en la oscuridad, distorsionado por la leyenda, nunca llegó a esclarecerse, pues jamás se supo el «pecado» por el que fray Diego fue condenado en sus inicios. Vivamente interesado por este caso, y «porque la Inquisición está lejos de haber dejado de existir en el mundo», Leonardo Sciascia examinó los documentos de la época para averiguar cuál fue la herejía de fray Diego. Tal vez, se plantea Sciascia, fray Diego fue un hombre avanzado a su tiempo, con una visión poco ortodoxa del Evangelio y que murió víctima de los efectos no deseados de la represión del Santo Oficio, que «lograba hacer de un hombre religioso un hombre absolutamente irreligioso, radicalmente ateo».
«En la naturaleza no hay vejez, no hay decrepitud. Solo hay plenitud o muerte».
«Nos encantaría descubrir que cada especie tiene un reloj biológico en sus células, porque, de existir ese reloj y si fuéramos capaces de dar con él, quizá pudiéramos pararlo y de ese modo volvernos eternos», le plantea Arsuaga a Millás en este libro en el que la ciencia se entrelaza con la literatura. El paleontólogo desvela aspectos esenciales de nuestra existencia al escritor, y se debate sobre la conveniencia de transmitir su visión azarosa de la vida a un Millás a dieta que descubre que la vejez es un país en el que todavía se siente extranjero.
Tras la extraordinaria acogida de La vida contada por un sapiens a un neandertal, el tándem más brillante de la literatura española vuelve a deslumbrar al lector abordando temas como la muerte y la eternidad, la longevidad, la enfermedad, el envejecimiento, la selección natural, la muerte programada y la supervivencia.
Humor, biología, naturaleza, vida, mucha vida... y dos personajes fascinantes, el sapiens y el neandertal, que nos sorprenden en cada página con sus agudas reflexiones sobre cómo nos ha tratado la evolución como especie. Y también como individuos.
Hércules Poirot necesita descanso, y para ello ha escogido un pequeño hotel junto al mar. El relax y la armonía reinan entre los huéspedes. Arlena Marshall, una actriz descaradamente bella y con un talento especial para atraer problemas, se convertirá en el objeto de deseo de los hombres y en el centro de las críticas de sus mujeres. Cuando aparece muerta, todos parecen tener una buena coartada. Poirot hará gala de su astucia para resolver un crimen en el que ni los malos son tan malos? ni los buenos tan buenos.
«La mejor Agatha Christie desde Diez negritos.» The Observer
Lanzada de nuevo a la popularidad por la versión cinematográfica que de la obra hiciera en 1993 el actor y director Kenneth Branagh, "Mucho ruido y pocas nueces", compuesta en 1598, fue ya en su día una de las comedias más celebradas de William Shakespeare (1574-1616). Situada en su mayor parte en un amable marco de jardines, aposentos y fiestas cortesanas, la obra gira principalmente en torno a dos fuertes personajes enfrentados, Benedicto de Padua y Beatriz, adversarios irreconciliables y ambos tan ingeniosos, mordaces y sarcásticos como desdeñosos del amor. A lomos de una trama animada por los equívocos, las traiciones y los imprevistos, los enemigos jurados acaban sin embargo, para su propia sorpresa, en aquel lugar a donde se prometieron nunca ir a parar y, lo que es más, en la compañía para ellos más insospechada.
Una compliación de relatos maestros.
Veintidós cuentos para leer mucho después de medianoche. Bradbury tardó siete años en escribir esta colección de cuentos, una conjura sobre el pasado, el presente y el futuro que encantará a sus millones de lectores.
El tiempo pasa, retorna, y se precipita terriblemente hacia adelante en cuentos que muestran otra vez el extraordinario don de Bradbury, capaz de hacernos ver una escena con todos nuestros sentidos.
Cada historia es una miniatura y una joya... Una línea basta para revelar un estado de ánimo... Criaturas extrañas se alzan en la noche en un vertiginoso modo poético... Cuentos para una noche de lluvia.
"Mrs. Dalloway said she would buy the flowers herself." It's one of the most famous opening lines in literature, that of Virginia Woolf's beloved masterpiece of time, memory, and the city. In the wake of World War I and the 1918 flu pandemic, Clarissa Dalloway, elegant and vivacious, is preparing for a party and remembering those she once loved. In another part of London, Septimus Smith is suffering from shell-shock and on the brink of madness. Their days interweave and their lives converge as the party reaches its glittering climax. In a novel in which she perfects the interior monologue and recapitulates the life cycle in the hours of the day, from first light to the dark of night, Woolf achieves an uncanny simulacrum of consciousness, bringing past, present, and future together, and recording, impression by impression, minute by minute, the feel of life itself.