Es este uno de los más conocidos y también más escalofriantes testimonios de la crueldad que sufrieron millones de deportados en los campos de trabajo soviéticos. Las terribles condiciones de vida y las vejaciones descritas con detalle por Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag cobran aquí entidad literaria y, bajo la forma de novela, inmortalizan un drama que nunca caerá en el olvido. El protagonista, Iván DenísovichShºjov, lleva encerrado ocho años –de una condena de diez– en un campo de trabajo situado en algºn lugar de la estepa siberiana. Aunque en teoría se halla allí por "traición a la patria", la realidad es mucho más amarga: durante la guerra contra Alemania, Denísovich fue capturado por los nazis, pero logró escapar y reintegrarse en las filas soviéticas. Se le acusó entonces de haber huido del ejército soviético con la intención de traicionar, y de regresar para ejercer de espía para los alemanes. A fin de evitar la condena a muerte, Denísovich reconoció los hechos de los que se le acusaba y fue mandado al Gulag. Éste es el relato de uno de sus días en el campo de trabajo.
Laurie no cree en el amor a primera vista. Piensa que una cosa son las películas y otra, la vida real. Sin embargo, un día de diciembre, su mirada se cruza con la de un desconocido a través de la ventanilla empañada de un autobús. Surge la magia y Laurie se enamora perdidamente, pero el autobús arranca y sigue su camino por las calles nevadas de Londres.
Está convencida de que es el hombre de su vida, pero no sabe dónde encontrarlo. Un año después, su mejor amiga Sarah le presenta a Jack, su nuevo novio, del que está muy enamorada. Y sí, es él: el chico del autobús.
Laurie decide olvidarle, pero ¿y si el destino tiene otros planes?
Dos de Mayo de 1808, Arturo Pérez-Reverte devuelve a la vida a los protagonistas de la jornada que cambió el destino de España Este relato no es ficción ni libro de Historia. Tampoco tiene un protagonista concreto, pues fueron innumerables los hombres y mujeres envueltos en los sucesos del 2 de mayo de 1808 en Madrid. Héroes y cobardes, víctimas y verdugos, la Historia retuvo los nombres de buena parte de ellos: las relaciones de muertos y heridos, los informes militares, las memorias escritas por actores principales o secundarios de la tragedia, aportan datos rigurosos para el historiador y ponen límites a la imaginación del novelista. Cuantas personas y lugares aparecen aquí son auténticos, así como los sucesos narrados y muchas de las palabras que se pronuncian.En Un día de cólera, Arturo Pérez-Reverte convierte en historia colectiva las pequeñas y oscuras historias particulares registradas en archivos y libros. Lo imaginado, por tanto, se reduce a la argamasa narrativa que une las piezas. Con las licencias mínimas que la palabra novela justifica, estas páginas pretenden devolver la vida a quienes durante doscientos años sólo han sido personajes anónimos en grabados y lienzos contemporáneos, o escueta relación de nombres en los documentos oficiales.
Cuando Edie Ledwell, angustiada y con aspecto descuidado, aparece en la oficina suplicando hablar con la detective privada Robin Ellacott, ésta no sabe muy bien cómo afrontar la situación. Edie, cocreadora de una popular serie de dibujos animados llamada Un corazón tan negro, está siendo acosada por internet por un misterioso personaje llamado Anomia, del que está desesperada por descubrir su identidad.
Robin decide que no puede ayudarla y no vuelve a pensar en ello hasta que, unos días más tarde, Edie aparece apuñalada y muerta en el cementerio de Highgate, el escenario de la serie Un corazón tan negro.
Robin y su socio Cormoran Strike se ven entonces envueltos en la búsqueda de la verdadera identidad de Anomia. Pero, con una compleja red de nombres falsos en línea, intereses comerciales y conflictos familiares que resolver, Strike y Robin trabajan en un caso que pone a prueba sus poderes de deducción y los expone a una amenaza insospechada.
René, un anciano transgénero que tocaba el piano en cabarets, pasa los últimos momentos de su vida postrado en una cama bajo la estricta vigilancia de Olga, una enfermera con la que rememora días de militancia, y viejos amores y amistades.
Ahora, a sus noventa y tres años, echa la vista atrás para evocar tanta vida compartida y duramente conquistada: las revueltas de Stonewall, la represión policial, décadas de activismo por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, los estragos de la irrupción del sida, que tantos amigos se llevó, los cuidados entre personas que comparten la marginación... ¿Adónde ha ido a parar tanto esfuerzo, si siguen oyéndose voces intolerantes que amenazan con derrumbarlo todo? René sabe que su lucha y la de sus amigas no ha cesado: lo que empezó en los años sesenta sigue en la era Trump.
Esta novela rescata una biografía novelada del poeta, Pedro Garfias perteneciente a la Generación del 27, su vida en España, su paso por la Residencia de Estudiantes y amistad con los miembros de dicho grupo, su participación dentro de la guerra civil, su exilio en México y su muerte en la ciudad de Monterrey, al norte de México. ¿Qué es un extravío? ¿significa algo la pérdida? El corazón extraviado es una novela sobre los que no salen en la foto, aquellos artistas mujeres y hombres de la Generación del 27 que no formaron parte de la nómina, pero cuya existencia anodina, se empecina en aparecer. Fueron parte de la Segunda República y vivieron la guerra, acabando desplazados en el exilio.
¿Quién fue Pedro Garfias?
¿Quiénes fueron las Sinsombrero?
Qué fue Madrid con ellos y los demás, cómo fue su arte y la pérdida de España. Pedro Garfias, un poeta fotografiado con Lorca, Dalí y Buñuel, que luego desaparece para acabar en México, deambulando entre ciudades. Pero también es la historia de una librería y sus fantasmas, asimismo, la de un corazón desplazado de sitio desde la infancia por una extraña anomalía y un ritmo que no funciona bien. El extravío de la memoria del 27 es la misma del corazón descompasado.
La sexta entrega de la saga romántica medieval «Las guerreras Maxwell».
En su lecho de muerte, Harald Hermansen le prometió a su amada Ingrid que dejaría Noruega y se trasladaría a vivir en Escocia. Harald añora su país, como añora a su mujer y sus gentes, pero sabe que regresar al Reino de Song no sería buena idea, especialmente porque allí ya no le queda nada. A pesar de ser considerado un bárbaro vikingo en aquellas tierras, gracias a la ayuda de Demelza y de Aiden McAllister, su marido, Harald consigue llevar una vida tranquila, sacar adelante su propia herrería y ser aceptado por la mayoría de los parroquianos. Pero todo comienza a complicarse cuando aparece una joven llamada Alison. Ella y su manera de comportarse, tan parecida en ocasiones a la de su fallecida mujer, lo atrae y lo espanta al mismo tiempo. Pero si algo tiene claro es que no quiere volver a enamorarse, y menos de una mujer como aquélla.
¿Será capaz Harald de decirle adiós al pasado, vivir el presente y crear un futuro?
Cuando ocurre un accidente devastador en el Hospital Whitestone, el mundo se detiene por completo. La residente Sierra Harris es una de las primeras en llegar al lugar de los hechos, pero se bloquea cuando ve que Mitch Rivera está entre los heridos. Sierra quiere mantenerse alejada de él, no quiere que nada de esto la afecte porque no necesita una distracción para convertirse en una de las mejores cirujanas cardíacas. Hace tiempo que Mitch se coló en su mente, y en su corazón...
A mediados del siglo XIX, Charles Baudelaire tradujo, glosó y adaptó al francés Confesiones de un opiófago inglés, de Thomas de Quincey, publicado en 1821 y al que seguiría, más de dos décadas después, Suspiria de profundis. Su adaptación acabó siendo una mise en abîme que permitió a Baudelaire imbricar sus impresiones y juicios particulares así como su práctica poética en la obra del ensayista inglés, a quien consideraba «su hermano mayor». Flaubert, Glatigny o Barbey d'Aurevilly no escatimaron elogios hacia la obra, cuyo éxito literario radicaba en la forma que Baudelaire había logrado conferirle.